Al llegar el Rabí Pinjas al Beith Hamidash, observó que sus discípulos, que habían estado conversando animadamente, se interrumpieron confusos.
—¿De que hablabais? —les preguntó.
—Hablábamos de los que nos preocupa —respondieron—, que la tentación nos persigue.
—No os preocupéis —respondió el Rabí—, que aún no alcanzasteis tal grado de perfección, que la tentación os persiga. Por ahora, sois vosotros quienes la perseguís a ella.
Del Tesoro Jasídico
No. 64, Abril – Mayo 1974
Tomo X – Año XI
Pág. 498