Miguel Ángel y su Moisés

Una vez terminada la colosal escultura que representa a Moisés, el genial escultor, arrobado ante la perfección de su obra, golpeó con su martillo uno de los pies de la majestuosa figura, a la vez que le decía: “Y ahora, habla”
Las buenas costumbres, la educación refinada y el respeto al venerable artista, no han querido imaginar jamás, lo que la estatua (si hubiera tenido el don de la voz) hubiera contestado a su creador.

Rafael Cordero Aurrecoechea
No. 94, Septiembre-Octubre 1985
Tomo XIV – Año XXI
Pág. 800

2 Respuestas a “Miguel Ángel y su Moisés

  1. Es un gran orgullo encontrar estos cuentos del profesor Rafael Cordero, dentro de esta publicación del Cuento. Siento una gran emoción, de ver que su obra literaria trasciende, y coloca su aportación, dentro de las letras mexicanas. Tengo la enorme fortuna de ser su hijo, el menor, y poder agradecer, que a muy temprana edad, me encauzó por el amor a los libros y a tomar la lectura como disciplina. Saludos afectuosos, mi nombre es Joaquín Cordero Gómez. Hasta luego.

Opina