Su ferocidad se manifestaba incluso en medio de sus placeres, juegos y festines. Muchas veces daban tormento en presencia suya mientras comía o se entregaba a orgías con sus amigos; un soldado experto en cortar cabezas ejercía delante de él su habilidad con todos los prisioneros que se le presentaban… En medio de un espléndido festín comenzó de pronto a reír a carcajadas; dos cónsules, sentados a su lado, le preguntaron con acento adulador de que se reía. “Es que pienso —contestó— que puedo con una señal haceros estrangular a los dos.”
Suetonio, en Los doce Césares
No. 02, Junio 1964
Tomo I – Año I
Pág. 45
Puro humor negro!!