El genio recibe una carta halagadorsísima de la Universidad de Minnesota. La universidad desea tener la custodia de sus papeles, después de su muerte. Construirán otra ala en la biblioteca para albergarlos.
La carta pone furiosísimo al genio. Toma las tijeras, hace tiritas la carta, las mete en un sobre y se las envía al director de bibliotecas.
Donald Barthelme
No. 138 – 141, Enero – Diciembre 1998
Tomo XXX – Año XXXIV
Pág. 145