Al saber que un equipo de voluntarios sondea el lago East Hampton utilizando barcas, pértigas y redes, con el propósito de recuperar el cuerpo de un ahogado, Robert Harassman, de veintitrés años, no duda en unirse a los pescadores para ayudarles con la mejor voluntad.
Al cabo de dos horas, en el curso de un buen descanso, el joven se informa de que el ahogado que tratan de rescatar es él mismo.
Pol Quentin
No. 133, Abril-diciembre 1996
Tomo XXVIII – Año XXXII
Pág. 47