3—No solo los sueños y los deseos son inmortales, también Edmundo Valadés.

NO SOLO LOS SUEÑOS Y LOS DESEOS SON INMORTALES, TAMBIÉN EDMUNDO

*La memoria del escritor mexicano sigue vigente a 20 años de su desaparición física

*El cuento, revista de imaginación cumplió este año 5 décadas de iniciar su 2ª época

 

Amelia Domínguez

 

El próximo 30 de noviembre se cumplirán veinte años de la desaparición física del escritor mexicano Edmundo Valadés, tiempo durante el cual nuestro país se ha venido precipitando a un abismo de violencia y muerte, una situación que de estar vivo, tendrían profundamente preocupado al autor de La muerte tiene permiso, como a la mayoría de los que aquí nacimos. En ese marco, y pese a la importancia de su legado literario, los homenajes a tan grande promotor del género cuentístico brillan por su ausencia, por lo menos en la memorabilia oficial, porque un pequeño sector de la comunidad literaria mexicana ha emprendido una serie de acciones para recordar y al mismo tiempo demostrar que el creador de El cuento, revista de imaginación, no ha muerto, sigue presente entre los lectores con su breve pero intensa obra.         Si es cierto que, como él mismo anotó hace tiempo en un ensayo, “escribir es existir en una dimensión más profunda”, Valadés no ha muerto del todo, ha logrado la inmortalidad a través de sus libros, que se siguen leyendo, como aquél cuyo título retomé para dar nombre al presente artículo: Sólo los sueños y los deseos son inmortales, palomita.

                La labor difusora del género cuentístico hispanoamericano, que el Premio “Rosario Castellanos” 1983 realizó durante años, perdura todavía, pues aunque la revista El Cuento que creó en 1939, y reeditó en 1964 dejó de publicarse hace 15 años, para fortuna de todos el hidalguense Alfonso Pedraza recogió la estafeta hace dos años y tuvo la iniciativa de crear el blog Minificciones de El cuento, revista de imaginación y subir ahí los textos breves publicados en los primeros 20 números de la revista en su 2ª época,  para que los lectores jóvenes que no la conocieron, lo hagan ahora apoyados por la tecnología.

                A raíz del blog y de los aniversarios que se cumplían este año, 50 años de la segunda época de la revista, 20 años de la muerte de Valadés y en febrero del próximo año el centenario de su nacimiento, a Pedraza se le ocurrió también editar una antología, con textos inéditos de los autores de ficciones breves que habían publicado en la revista. Como resultado de esta compilación, el libro Minificcionistas de El cuento, revista de imaginación, de 103 coautores de México, Argentina, Chile, Colombia, El Salvador, Guatemala, Cuba, Panamá, Uruguay y Venezuela fue presentado en mayo de este año en el Palacio de Bellas Artes, bajo el sello de Editorial Ficticia, con la asistencia de un grupo numeroso de los incluidos.

                En su interés porque el cuento como género fuera abordado y reconocido, el escritor sonorense galardonado con la Medalla Nezahualcóyotl en 1978 por la SOGEM, fue forjador de cuentistas de la talla de José Emilio Pacheco y Carlos Monsiváis, a quienes a fines de la década de los 50 impartía un taller literario en su  propia casa de la colonia del Periodista. El propio Pacheco reconoce en el prólogo al libro Sólo los sueños y los deseos… (Editorial Océano 1986), la generosidad y la paciencia de Valadés “para escuchar los primero borradores de nuestro aprendizaje interminable” en sus sesiones de taller las mañanas de los domingos,  por cierto su único día de descanso, porque en ese entonces hacía la página de espectáculos del periódico Novedades  y publicaba tres días por semana su columna “Tertulia literaria”.

                La huella del autor de Las dualidades funestas, se imprimió también en Puebla, en donde el gobierno del estado a través de la Dirección de Promoción Cultural creó en 1972 el aún hoy más importante concurso literario en la entidad: el Premio Latinoamericano de Cuento al que puso su nombre “Edmundo Valadés”, del cual el aludido fungió como jurado, junto con otros enormes escritores, Juan Rulfo y Juan José Arreola, durante siete años consecutivos.

                En los primeros años del concurso no se tuvo mucha respuesta por parte de los cuentistas, pero una vez que se empezó a publicitar en la revista El Cuento, empezó a atraer la atención e interés en Centro y Sudamérica, y a partir de 1976 fue creciendo el número de participantes. En 1981, la Casa de Cultura de Puebla y la Editorial Premiá publicaron la primera antología del concurso con los textos ganadores de los primeros ocho años, bajo el título de El presente es perpetuo.

                Al cumplir 22 años el concurso, en 1994, la Secretaría de Cultura estatal publicó la compilación de los trabajos ganadores hasta entonces, bajo el nombre Antología del Cuento Latinoamericano “Edmundo Valadés”, que alcanzó a incluir un prólogo del narrador, periodista y ensayista sonorense, signado en el mes de octubre, un mes antes de su fallecimiento.  

                Este año, a tres meses del centenario de su nacimiento, el legado de Edmundo Valadés y su obra permanece en la memoria de los escritores participantes en la XLIII convocatoria del Premio Latinoamericano de Cuento que lleva su nombre, cuyo monto de 50 mil pesos se entregó el 18 de noviembre pasado a quien resultó ganador(a).  (Cabe aclarar que el nombre y país del galardonado se conoció después de haber enviado el presente artículo para su publicación).

                En este vigésimo aniversario de su muerte, en México sus seguidores y lectores celebraremos a Edmundo Valadés con la relectura de su obra en diversos foros culturales, con la publicación de diversos artículos como éste en medios impresos y digitales, y recordando sus palabras en torno al oficio: “Escribir es también un coraje, un arrojo, una cálida y ansiosa desesperación por poder transmitir el reflejo de la realidad o el sueño acumulados en la conciencia”. Larga vida maestro…


 

El presente artículo se publicó en el diario Zas! Madrid, el día 16 de Noviembre de 2014.

Zas!! Madrid

 

Zas! Madrid Publicación de Periodismo Social y Cultural. Sus redactores dicen: Emilia Lanzas Cobacho: “Es posible que haya llegado el momento de crear un nuevo periodismo. La Red lo permite. Un periodismo libre que no esté a expensas de ningún tipo de poder. Un periodismo cercano y social. Los ciudadanos somos los verdaderos protagonistas del día a día. Reformulemos la práctica periodística” Ainhoa Blanco-Dúcar: “Los ciudadanos tenemos mucho qué decir y hace tiempo que la red lo permite que seamos algo más que espectadores de lo que sucede a nuestro alrededor” Esperanza Dúcar: “Buscaremos en nuestra ciudad aquellos rincones donde reside esa cultura que se ve menos y que tanto dice de nuestro hoy en día. También la ciudad de otros tiempos que ya ha perdido protagonismo y que apenas la percibimos, aunque esté ahí” Francisco Blanco: “Mostrar la imagen según la vemos y la sentimos. Sin trabas de instituciones ni moralidades mal interpretadas. La fotografía en Zas Madrid tiene el sentido del Arte y de la Realidad” Misael García L.:”Sí, puede que aún estemos a tiempo. Los colores son  brillantes, como siempre”.

(http://www.zasmadrid.es/ )

Amelia Domínguez

Amelia Domínguez, narradora y periodista cultural, autora de los libros Después de tanto silencio y En la boca del incendio (2ª. edición, BUAP 2011), su obra ha sido incluida en diversas antologías de escritores. Obtuvo el Premio Estatal a la Crítica Teatral en el estado de Puebla, México. Ha colaborado en diversas revistas literarias, entre ellas: El cuento, revista de imaginación (1997) y la digital Círculo de Poesía. Aparece en la página Escritoras Contemporáneas de la Universidad de Utah, (EU): spanport.byu.edu/faculty/GarciaM/new/entrevistas/dominguez.html

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Amelia Domínguez Mendoza

 

Amelia Domínguez Mendoza

Amelia Domínguez Mendoza

Nació en la huasteca hidalguense, el 21 de diciembre de 1955. Estudió su licenciatura en Antropología Social en la Universidad Autónoma de Iztapalapa (UAM‑I).  Laboró en el Instituto Nacional Indigenista, en Chiapas; en el Instituto Nacional para la Educación de Adultos (INEA), en el Estado de México: en el INEA Veracruz; en el Gobierno del Estado de Oaxaca, en la Unidad Regional Oaxaca de Culturas Populares. Desde 1983 ejerce el periodismo cultural, colaborando en el semanario «Hora Cero»,  «La Crónica» y los diarios «Política «y El Mundo Veracruzano» de Xalapa, Veracruz, los diarios «El Liberal», de Coatzacoalcos, Ver. Desde 1992 es reportera y responsable de la sección cultural del periódico «Síntesis» que circula en Puebla, Tlaxcala e Hidalgo.  Entre sus publicaciones se cuentan: Coautora de los libros de cuentos Tiene que haber olvido (UNAM 1980); Al vino vino (UNAM, 1982); Memorias del Tercer Encuentro Nacional de Jóvenes Escritores (UNAM‑INBA, 1984); Por la literatura. Mujeres y escritura en México, Universidad Autónoma de Puebla, 1992).

También es autora de los libros de cuentos Después de tanto silencio (edición de autor, Mexico 1989) y En la boca del incendio (Universidad Autónoma de Puebla‑ Daga Editores, Mexico, 1999).  He publicado poesía, cuento y entrevista en las revistas Guchachi Reza, de Oaxaca, Crítica (UAP) Aula Abierta (UPN) e Itaca, de Puebla y en el suplemento La Jornada Semanal del diario mexicano La Jornada.  En 1996 obtuvo el Premio a la crítica teatral durante la V Muestra Estatal de Teatro Poblano.  En 1997 fue becaria del Fondo Estatal para la Cultura y las Artes de Puebla, en el rubro de creadores con trayectoria[1].

[1] http://spanport.byu.edu/faculty/GarciaM/new/entrevistas/dominguez.html