Mi madre siempre que cenaba pozole, tamales, enchiladas, tacos, sopes, atole y un refresco familiar, me preguntaba: —¿Hija, qué vamos a comer mañana? Anoche no alcanzó a preguntarme.
Beatriz Anguiano
No. 121-122, Enero-Julio 1992
Tomo XXI – Año XXVIII
Pág. 102