Alergia

121-122  top
Amaba con especial denuedo la ópera, la opereta, la zarzuela y, por supuesto, a las mujeres. Cierto día descubrió que las cabelleras femeninas le producían una molestísima alergia. Fue entonces cuando decidió viajar a Europa para solicitarle a Ionesco la mano de la cantante calva.

Otto-Raúl González
No. 121-122, Enero-Julio 1992
Tomo XXI – Año XXVIII
Pág. 111

El judío errante

El Supremo Comandante Interespacial le ordenó a Ahasvero que se desnudara para examinar su cuerpo longevo y el hombre, en vez de quitarse la ropa, se empezó a quitar los siglos. Al despojarse del siglo 20 aparecieron delaciones, torturas, crímenes, llagas, pústulas atómicas, guerras interminables, campos de concentración y discriminaciones raciales, luego, se desnudó el siglo 19 y en su piel sarmentosa surgieron persecuciones, fusilamientos, masacres, quiebras, hecatombes, terremotos, y otras catástrofes; en el siglo 18, los atónitos ojos de los testigos vieron arrasamientos de pueblos enteros, aguillotinamientos, violaciones, chorros de pus; el siglo 17 mostró quemas de brujas, torturas de siervos, infamias e infidelidades; en el 16 y el 15 brillaron ciudades incendiadas, asaltos a sangre y fuego, hambres, empalamientos, y alguna que otra pequeña estrella entre los pliegues sombríos de la piel; en el 14 se vieron desollamientos, ignominias, epidemias y envenenamientos; en el décimo y noveno; oscuridad total y ritos perversos; en el quinto ya se empezó a ver un poco de claridad; al caer los velos del primer siglo de nuestra era, se distinguió una enorme luz que alumbraba vastos campos, arrasados, matanzas, y degüellos de infantes, flores, pisoteadas, palomas muertas, vísceras llenas de polvo y palpitantes aún. “Basta”, dijo el comandante en jefe, “este hombre es inmortal; déjenle libre para que siga vagabundeando por todas las galaxias”.

Otto-Raúl González
No. 38, Septiembre-Octubre 1969
Tomo VI – Año V
Pág. 609

Otto-Raúl González
No. 105-106, Enero-Junio 1988
Tomo XVII – Año XXIII
Pág. 29

Corazón artificial

En ese tiempo (año dos mil) los trasplantes de corazón eran ya una cosa muy sencilla, y los corazones artificiales se podían llevar afuera… La dama lucía en el pecho, sobre su elegante vestido azul de medianoche, una rosa de trapo. Era su corazón artificial porque estos podían adoptar todas las formas posibles.

Otto Raúl González
No. 60, Agosto-Septiembre 1973
Tomo X – Año X
Pág. 54

Acknowledgments

128 top
(A Martín Casillas)

Mal haría yo si en estas líneas preliminares no expresara mi gratitud eterna a todas las personas que me brindaron su valiosa ayuda para hacer posible la confección de este libro. Entre ellas debo mencionar a Cholita Trespelos, de la Universidad de Marabatillo, quien me hizo el favor de alcanzarme un diccionario que reposaba en un anaquel muy alto, y no una sino varias veces. Al psicólogo puertorriqueño Víctor P. Méndez, quien me proporcionó el dinero necesario para tomarme una taza de café una noche cuando al salir de la Public Library hacía mucho frío y yo andaba sin fondos. A Papusa Fernández, la gentil estenógrafa caribeña, quien pasó varias veces en limpio mis manuscritos. Al doctor Zigfrido Stringen, sabio alemán, quien me inició en la técnica del plagio que-no-se-nota. A juanita Seisamantes, quien me proporcionó un juego de dibujos pornográficos que no llegué a utilizar debido a puritanismo innato. Finalmente, a mi adorada esposa Betty Southampton, sin cuya amorosa paciencia y denodado estímulo, jamás hubiera podido dar cima a esta obra. Nunca olvidaré las infinitas veces en que ella ensuciara sus blancas manos al hacerse cargo de la ingrata y difícil tarea de cambiar la cinta de mi Remington portátil.

Otto-Raúl González
No. 128, Enero-Marzo 1995
Tomo XXIV – Año XXXI
Pág. 193

¡Que salga el autor!


Estaba por concluir aquel hermoso día de verano. El ocaso empezaba a mover lentamente sus tramoyas en el escenario del horizonte. Se preparaba así el gran espectáculo del crepúsculo. Los tres jesuitas que se paseaban a aquella hora por los espaciosos jardines del convento, se reunieron en el patio mayor, como si hubiera convenido de antemano el encuentro. Y el gran espectáculo dio principio. El ingenuo nácar , el amarillo limón, el azul desvaído, el ocre profundo, el añil severo, el verde tierno, el café rotundo, el marfil puro, el púrpura definitivo y el anadrio violento bailaron su danza de nubes y de ilusiones efímeras. Y se aproximó el final calmo y supremo.

Se adivinaba caer ya un lento telón de terciopelo negro. Los monjes sonrientes batieron palmas incesantes. Uno de ellos, sin poder dominarse, gritó: ¡Que salga el autor! ¡Que salga el autor! Contagiados los otros, insistieron. Y ya en coro pedían a gritos ¡El autor! ¡El autor!… ¡Que salga el autor! Los tres pensaron lo mismo y volvieron a corear: ¡Queremos la presencia del autor!

Varios truenos resonaron en lo alto y se vio una danza de relámpagos, uno de los cuales fulminó a los tres entusiastas jesuitas. Ya en otra dimensión, allá donde todo es armonía, los tres escuchaban la voz de Dios: ¿Queríais estar ante mi presencia, hijos míos…?

Otto Raúl González
No. 99, Julio-Agosto 1986
Tomo XV – Año XXII
Pág. 515

Cacatúa modesta


La señora Romelia de Omsk-5, esposa del vicepresidente de Marte, entregó al Departamento de Estado Mental un diamante valorado en quinientos millones de créditos que le había regalado el Presidente terrícola Manlio Fabio X-13, durante el reciente viaje de los Omsk-5 al planeta Tierra. En efecto, la ley prohíbe a las personalidades marcianas conservar obsequios por valor de más de cincuenta créditos que le sean obsequiados en sus desplazamientos oficiales por el espacio. Al matrimonio Omsk-5 les quedó como único consuelo una modesta cacatúa que habla papiamento y que les regaló a su paso por la Luna, Micho IX, monarca constitucional de dicho satélite.

Otto-Raúl González
No. 100, Septiembre-Diciembre 1986
Tomo XV – Año XXII
Pág. 635

Otto-Raúl González


Otto-Raúl González
(Guatemala 1921-México 2007).

Importante líder estudiantil en contra de la tiranía del dictador Ubico, tuvo que salir al exilio en 1944 luego que las tropas ubiquistas casi lo matan en una manifestación pacífica. La caída del dictador trajo nuevos vientos para Guatemala, y en ese entonces Otto-Raúl se desempeñó como diplomático para Guatemala en México. Diez años después, con el golpe de estado cometido por segmentos reaccionarios del ejército, la oligarquía y la iglesia conservadora, apoyados porla Central Itelligence Agency (CIA), Guatemala volvió a sumirse en las tinieblas de la dictadura. Desde 1954 Otto-Raúl Gonzáles vivió exiliado en México, país que lo acogió como suyo y en donde desarrolló casi toda su obra literaria. Inició la carrera de derecho enla Universidad de San Carlos de Guatemala. Se graduó de abogado dela Universidad Nacional Autónoma de México. Recibió el Premio Nacional de Poesía Jaime Sabines 1990 en México y en 1990 el Premio Nacional de Literatura Miguel Ángel Asturias en Guatemala, entre los más importantes. En el 2007la Universidad de San Carlos de Guatemala le ocnfirió el título de Doctor Honoris Causa […]. De acuerdo a sus deseos, sus restos fueron cremados, para luego esparcir sus cenizas en el lago de Atitlán.

Publicó más de 40 libros en su vida, entre los cuales hay ensayo, cuento, novela, y los más de poesía. Fue traducido al inglés, francés, suizo, portugués, alemán, checo y chino. Ha sido antologado en Europa, Estados Unidos, Centro América y América del Sur. Hablando acerca de la lucha contra la dictadura ubiquista, Huberto Alvarado declara en Exploración de Guatemala (1955) que: “Antes de 1944, la literatura empezó a jugar un papel revolucionario que contribuyó a quebrantar los cimientos de la dictadura bananera-feudal de Ubico. Las inquietudes del Grupo Acento (Generación del 40), por los problemas sociales y los intereses nacionales, confluyeron con el movimiento estudiantil y popular de espíritu antifascista, en su lucha ideológica y política contra la opresión y la ignorancia en que vivía el país. Dos obra caracterizan ese momento: El canciller Cadejo (1940), de Manuel Galich y Voz y voto del geranio (1943) de Otto Raúl González […] donde el poeta canta y exalta, en forma atrevida para la época, al geranio como un símbolo proletario, reinició la poesía de tendencia social en Guatemala”.[1]

Declaración firmada por Satanás

Hoy presencié por enésima vez la ignominiosa expulsión de otra pareja. Una vez más el mismo ángel enclenque, tembloroso y senil, blandió la espada secular y llena de orín, en el primoroso bosquecillo donde da principio la vida humana en cada planeta que a Él se le ocurre poblar. Al igual que la primera pareja, y las que le han seguido a través de los siglos, ésta de ahora cubría sus hermosos cuerpos con hojas de parra, y en sus ojos brilló, en el momento de la expulsión, un odio cerval y primitivo, además de las lágrimas, claro está. ¿Es que nunca va a terminar este juego? ¿Para qué pues crear el paraíso si sus moradores van a estar siendo continuamente expulsados, aduciendo el vano pretexto de que han comido la fruta del mal? Fruta que más bien es la del bien. Si no la comieran, el edén sería un sitio aburridísimo en donde vivirían solamente dos ancianos solitarios y cubiertos de gruesas telarañas de tedio. Si yo estuviera en su lugar (pueden creerme), no expulsaría a nadie. Y, entonces Él sería el malo y yo el bueno. (f). Satanás.

Otto-Raúl González
No. 100, Septiembre-Diciembre 1986
Tomo XV – Año XXII
Pág. 611