José Castillo Farreras

José Castillo Farreras (México, 1930-2008)

Fue abogado, catedrático y filósofo. Realizó estudios de licenciatura en la Facultad de Derecho y en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional Autónoma de México. Posteriormente cursó estudios de posgrado de derecho y filosofía en la Universidad Central del Ecuador (1960), en el Goethe Institute en Iserlohn y en las universidades de Bonn y de Hamburgo en Alemania (1965).

Participó activamente en el movimiento estudiantil de 1968 y fue nombrado por la ENP 7, miembro de la «Coalición de profesores de enseñanza media-superior y superior pro-libertades democráticas”.

Fue investigador en el Instituto de Investigaciones Filosóficas de la UNAM, en la administración del Dr. Fernando Salmerón Acevedo. Ahí produjo dos opúsculos, uno sobre Dialéctica del Derecho subjetivo y el otro (un libro, «Las costumbres y el derecho«) sobre Derecho consuetudinario, publicado por la Secretaría de Educación Pública (SEP). También fue profesor adjunto del Dr. Jorge Martínez Ríos en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales, en la materia «Análisis funcional y dialéctico del cambio social». Fue coordinador del colegio de filosofía en el Plantel 7 de la Escuela Nacional Preparatoria. Fue miembro fundador del SPAUNAM y enseguida del STUNAM, colaborando en este último con diversos artículos y publicaciones. Fue presidente de la comisión dictaminadora del colegio de filosofía dela ENP, así como de la comisión revisora del mismo colegio y del de actividades estéticas.

En la década de los noventa obtuvo su primer medalla al Mérito Universitario, máxima distinción que otorga la UNAM a sus académicos. Luego de su fallecimiento obtuvo su segunda presea in memoriam. Se desempeñó como profesor de tiempo completo del colegio de filosofía durante cincuenta años de las materias de lógica y ética en la Escuela Nacional Preparatoria 7. [1]


[1] Tomado de http://es.wikipedia.org/wiki/Jos%C3%A9_Castillo_Farreras, ahí mismo puede verse un poco sobre sus obras publicadas

Fabulita

A: Marcela, Eloísa y Amelia

Le dijo tantas veces y de tan distintas y nada tiernas maneras que el señor de la casa era un ogro y que no lo molestara más con sus gritos, que un buen día el pequeño hijo de la criada, ofuscado, se deshizo del ogro: se introdujo subrepticiamente a la cocina, tomó estremecido el filoso cuchillo con el que su madre destazaba la carne fresca, se encerró en la pieza contigua sin ser visto, se escuchó un gemido de dolor agudo y el niño, desde entonces, ya no habla: la lengüita la tenía deshecha.

José Castillo Farreras
No. 96, Enero-Febrero 1986
Tomo XV – Año XXI
Pág. 224