Microhistorias

1
Era un hombre imposible. Una tarde encaró a una ecuación, la degustó, penetró en ella. Poco después, por orden suprema de la lógica, se convirtió en un número imaginario.

2
—¿Fuiste a la escuela?
—Sí, mamá.
—¿Hiciste el mandado?
—Sí, mamá.
—¿Cierto que me quieres mucho, m´hijito?
—Sí, mamá.
—¿Dejaste a la Lupita?
—Sí mamá.
En el discurrir vibratorio el niño evocó una frase azarosa: “hay miradas que matan”. Y la miró.

3
Tenía avidez por conocer las sutilezas del sexo. Los dioses se apiadaron. Lo hicieron puerta de un festivo dormitorio.

Joseph Odara
No. 118, Abril-Junio 1991
Tomo XX – Año XXVIII
Pág. 179