El libro

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El hombre se detuvo y miró con timidez por encima del hombro del otro, tratando de descifrar los caracteres del libro que leía. El lector se volvió irritado y soltó un manotazo. El sombrero del tímido curioso voló por los aires y su rostro quedó marcado por el golpe. Luego el hombre continuó su lectura y el tiempo pasó. ¿Qué hizo el tímido curioso? ¿Dónde estuvo todos esos años? El curioso vagó por el mundo, sufrió, realizó casi toda su vida. Estuvo lejos o cerca del lector, no se sabe.

Lo cierto es que al cabo de los años, vencido totalmente por la curiosidad, volvió a espiar por encima del hombro del otro. Esta vez, el hombre dejó a un lado el libro y le preguntó con la benevolencia que dan los años:

—¿Tanto te interesa lo que leo?

El curioso balbuceó algo, carraspeó y se atrevió a decirle:

—Sí, todos los años he vivido angustiado por eso. Ahora estoy aquí y quiero saber.

—Bien dijo el lector, recogiendo el libro y abriéndolo por sus últimas páginas—; espera solamente que termine y lo sabrás.

El curioso esperó con impaciencia. Unas horas más tarde concluía el lector su libro y un instante antes de cerrarlo para siempre le dijo:

—Escucha, leía tu vida. Desde el día aquel en que naciste hasta tu muerte: ¡así!

Y cerró de golpe el libro.

Miguel Collazo
No. 56, Diciembre 1972 – Enero 1973
Tomo IX – Año IX
Pág. 418

Mariposa

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Era la estación y había miles. El hombre observó fríamente el filo de la navaja, de pie frente al espejo, en su casa de la calle Picota. Las mariposas habían quedado inmóviles en el espacio y la sombra de alguna de aquellas alas multicolores cayó sobre el borde inferior izquierdo del espejo. Al salir del valle de los muertos notó que llevaba sobre los hombros una gigantesca mariposa cada vez más pesada.

Miguel Collazo
No. 56, Diciembre 1972 – Enero 1973
Tomo IX – Año IX
Pág. 417

Miguel Collazo

Miguel Collazo Toledo

Miguel Collazo Toledo

(1936-1999)

Narrador y artista plástico cubano, uno de los más interesantes escritores contemporáneos cubanos.

Miguel Collazo nace en La Habana, Cuba en 1936. Tuvo tanto en la vida como en las labores artísticas, un difícil aprendizaje. Su juventud transcurrió en un mundo desordenado, humilde y marginal, y luego realizó estudios dispersos en diferentes escuelas públicas, laicas o parroquiales. A la par, se vinculó con toda clase de ocupaciones y oficios. Posteriormente, en la década del cincuenta, cursó hasta tercer año en la Academia San Alejandro. Conformó el grupo de Los Cinco, y junto a otros artistas expuso en la Galería Lex (1956) y en la Bienal de México. También en 1957 expuso su obra plástica en el Contra-Salón, en un local frente a Bellas Artes, en protesta al Salón oficial.

Aprobó el primer año de la carrera administrativa en la Universidad de La Habana. Trabajó como dibujante textil en la Textilera Ariguanabo (1960-1962) y como autor de libretos para televisión en CMQ y CMBF (1963). En 1963 matriculó en el seminario de Dramaturgia auspiciado por el Consejo Nacional de Cultura.

Viajó por Rumania y Checoslovaquia. Fue colaborador de Diario Libre, Cultura ’64, Unión y La Gaceta de Cuba. Fue responsable nacional de galerías en la Dirección General de [[Artes Plásticas]] del Consejo Nacional de Cultura, donde además trabajó como asesor literario en la Dirección Nacional de Literatura.

La obra de Collazo es de difícil clasificación, puesto que navegó al margen de tendencias generacionales y epocales, y se caracterizó por una gran diversidad temática y estilística. Así, ha sido visto desde el realismo simbólico, la lírica filosófica, la fantasía humorística, la imaginación distópica, el realismo “sucio”, la ficción súbita y la fabulación gótica, sin que ninguna de estas clasificaciones lo comprenda del todo. Por otro lado, durante sus treinta años de producción su obra mutó constantemente en cuanto a su lenguaje, y ello lo convirtió en uno de los autores más enigmáticos y atractivos de la literatura cubana.

El arco de Belén (1975) contiene un conjunto de narraciones breves que podrían calificarse como prosas habaneras ambientadas en un pasado colonial, y que recrean toda una galería de personajes en un espacio-tiempo de atmósfera medieval. Las historias aquí son como leyendas, con conflictos universales, de manera que nuevamente Collazo insiste en la desterritorialización y en el poder alegórico de su narrativa, aunque ello no le impide rozar la literatura costumbrista.

En 1999 se quitó la vida, dejando publicada una escasa pero importante obra literaria, hoy seguida por muchos[1].

El hogar

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El niño trajo sus “comics” y comenzó a leerlos. El padre desvió un instante la mirada del periódico y se regocijó viéndolo a su lado. Luego volvió a su periódico. De pronto reaccionó. Las imágenes cruzaron veloces por su mente. ¿Qué leía su hijo? Miró nuevamente, tratando de descifrar aquella criatura y lentamente, con perplejidad y desasosiego, comprendió que ni aquella criatura era su hijo, ni los cuadernos impresos eran “comics”, ni aquella era la sala de su casa.

Miguel Collazo
No. 56, Diciembre 1972 – Enero 1973
Tomo IX – Año IX
Pág. 417