Cuando el rey Chou pidió palillos de marfil, Chi Dse se preocupó. Temía que en cuanto el rey tuviera palillos de marfil no se
contentaría con la loza de barro y querría vasos de cuerno de rinoceronte y jade; y en vez de frijoles y verduras, pediría manjares exquisitos, como cola de elefante y cachorros de leopardo. Difícilmente estaría dispuesto a vestir telas burdas y a vivir bajo un techo de paja; y encargaría sedas y mansiones lujosas.
—Y el temor de a dónde conduciría todo esto, me inquieta —se dijo Chi Dse.
Cinco años después, en efecto, el rey Chou tenía un jardín repleto de manjares, torturaba a sus súbditos con hierros candentes y se embriagaba en un lago de vino. Y así perdió su reino.
Jan Fei Dsi
No. 27, Diciembre 1967
Tomo V – Año IV
Pág. 219