Fuera de ella no hacía otra cosa que pensar comer y ver, tomar el sol. Dentro de ella una sensación de animal rebelde, que a veces dormía quieto, por meses, por años. ¿Qué buscaba? El sol, lo sentía dentro y giraba y por todas partes pedacitos de su piel. ¡No! nunca llegó a esa parte donde sabía que no había regreso.
Antonia Mora
No. 75, Enero-Febrero 1977
Tomo XII – Año XII
Pág. 175