Minificciones de «El cuento, revista de imaginación» En su 5° Aniversario y 500 000 lecturas.

El cuento

El cuento, revista de imaginación. Colección personal de Edmundo Valadés en su estudio.

En este mes de Abril llegamos al 5° aniversario del blog. Con su cometido cabalmente cumplido desde hace más de 19 meses, y tras los festejos de «20 años sin y 100 con Edmundo Valadés», ya no publicamos nuevas entradas. Aún así, recibimos diariamente entre 400 y 500 lecturas diariamente, con sus más de 2000 seguidores, se han rebasado el medio millón de lecturas.

Gracias a todos los fans que siguen revisando estos textos, muchos de ellos ahora los estamos presentando en el programa «Gente de pocas palabras, emisión radial que difunde la microficción universal» que se transmite por Radio Cardonal, la voz del pueblo Hña Hñu. en sus frecuencias de AM y FM en la zona del valle del mezquital, Hidalgo y estados circundantes. Y para todo el mundo por el portal de CDI.

 

 

radio cardonal

Radio Cardonal. Click para escuchar la emisora. radio cardonal

Programa»Huellas de la historia» con Paco Prieto y Blanca Lolbee, dedicado a Edmundo Valadés, con Agustín Monsreal y Alfonso Pedraza

 

El día 17 de Abril de 2015, en el programa Huellas de la historia de Paco Prieto y Blanca Lolbee, la emisión fue dedicada a Edmundo Valadés, con Agustín Monsreal y Alfonso Pedraza como invitados. Escuchen la grabación del programa en este sitio, también puede ser descargada. http://redam.mx/podcast/edmundo-valades.html

En Radio red

Para escuchar el programa:

http://redam.mx/podcast/edmundo-valades.html

 

Paco Prieto

Paco Prieto

 

blancalolbee600x800

Blanca Lolbee

 

_rmm5918a

Agustín Monseral

 

alf4 - Copy

Alfonso Pedraza

Alberto Chimal, da testimonio de su primer contacto con EL CUENTO, revista de imaginación en LETRAS LIBRES.

Celebración de El Cuento

Agosto 2015 |

En mayo de 1987 yo era un adolescente, vivía en Toluca, en casa de mi madre, y fui con ella y mis hermanos al Museo de Antropología en la ciudad de México.

No recuerdo nada de lo que vimos. En la tienda del museo vendían el más nuevo ejemplar de la revista El Cuento: tomoXVI, año XXIII, número 102. Yo no sabía nada de ella (ni de la obra de su fundador, Edmundo Valadés), pero para quererla me bastaron su nombre y su lema: Revista de Imaginación. Mi madre pagó los 1,250 pesos de entonces que costaba el ejemplar y yo pasé el resto del día, y probablemente de la semana, con la cara metida entre las páginas. Era una colección riquísima de narraciones de todo tipo, escritas por hombres y mujeres de dos siglos y tres continentes. Allí leí por primera vez a Felisberto Hernández, Ernest Hemingway, Cesare Pavese, Donald Barthelme, E. M. Forster y Joseph Heller. Allí supe de narradores que solo volvería a encontrar hasta décadas más tarde, como Beatriz Graf o Albert Samain, y de otros que jamás he vuelto a ver, como Marisol Martín del Campo o el húngaro Szakonyi Károly. Allí volví a leer a Yukio Mishima (años antes, en casa me habían confiscado su Confesiones de una máscara por considerar que era libro “indecente”).

Y en las numerosas ficciones brevísimas insertas entre los cuentos, en los espacios que otra revista habría reservado para ilustraciones o anuncios, leí a Heródoto y a Michaux; más todavía, leí a escritores mexicanos vivos –uno que aprendía en la escuela que la literatura era asunto de extranjeros, o de muertos– e incluso a aspirantes a escritor, inscritos en el concurso de minificción que la revista mantenía siempre abierto. Yo mismo no participé jamás: la timidez me ganó, pero en aquel número –y en los otros que busqué y conseguí después– pude leer los intentos, los fracasos, los éxitos ocasionales, de personas que más tarde llegué incluso a conocer. Soy amigo todavía de una o dos entre ellas.

Leer El Cuento no solo procuraba una dosis concentrada, pura, de historias: también permitía enlazar la narrativa más famosa, más elevada y remota, con la vida simple de su lector.

No cuento esta anécdota porque sea importante en sí misma sino porque puede ser útil: puede servir para recordar el valor de la revista fundada por Valadés y su posición única para, al menos, una generación de lectores.

Ahora, en la segunda década del siglo XXI, habrá quienes digan que una publicación antológica como El Cuento es obsoleta. No solo están los detractores del cuento como género y de la ficción misma como práctica válida de escritura: se debe agregar a quienes observan que internet es un archivo mucho más vasto y accesible que cualquier revista. Esto último es cierto. Un lector aficionado a prácticamente cualquier género literario, a cualquier vertiente por especializada u oscura que sea, puede encontrar suficientes textos gratuitos en formato digital para no leer nada más durante toda su vida. Si no le molesta pagar por lo que lee, o recurrir a la piratería, tiene aún más opciones. Pensando solo en el cuento, incontables narraciones clásicas (o meramente antiguas) son tan accesibles como las escritas ayer en el blog de alguien.

Y la propia figura del editor antologista –como lo fue Valadés en El Cuento y en El libro de la imaginación (1976), la colección de narraciones brevísimas que se puede leer como un complemento de su revista– podría considerarse igualmente obsoleta. Si se quiere una guía, millones de “curadores”, casi siempre aficionados y sin salario alguno, pasan buena parte de su tiempo en línea excavando, seleccionando, recomendando obras de todo tipo.

Sin embargo, el tamaño inabarcable de la red nos abruma y nos vuelve insensibles a su abundancia. Aun si nos interesa algo más que los memes o las noticias sensacionales del día, los más de nosotros reaccionamos a la oferta incesante de enlaces como a un gesto de cortesía o cordialidad al que se puede corresponder de manera igualmente superficial. Si el texto, la pieza musical, el video, requiere de más tiempo que el de un vistazo, la respuesta habitual es agradecer su aparición (poner “Me gusta” en la publicación correspondiente, digamos) y olvidarlo. En lugar de adentrarnos en la red para “cultivarnos” con la suma de la memoria humana, como soñaban algunos de sus promotores hace apenas quince o veinte años, nos gana la pereza: la certidumbre (errada) de que cualquier cosa que nos llame hoy la atención estará disponible mañana. ¿Para qué esforzarse en leerla ahora? ¿Para qué preocuparse siquiera en recordar su título, o cómo encontrarla otra vez?

Una publicación como El Cuento, descendiente de las grandes revistas literarias de los siglos XIX y XX, puede ser en efecto un artefacto de otro tiempo. Pero también lo es, quizá, la avidez de los lectores a los que estaba destinada. La “satisfacción instantánea” que ofrecen los medios modernos era impensable: las librerías eran tan frustrantes como ahora, las librerías igual de lejanas. Ya sabemos que en México, como en el resto de los países a los que llegó el trabajo de Valadés, los lectores constantes son siempre una minoría. Pero ninguno de nosotros, durante los años que duró la revista, tenía muchas opciones más para encontrar lecturas que le interesaran en dosis tan concentradas, reunidas con un criterio editorial que privilegiaba la calidad literaria por encima de cualquier otra consideración y –esto es muy importante– ofrecidas con una postura totalmente opuesta al elitismo de la mayor parte de la “alta cultura” nacional: reunidas para todo aquel que deseara disfrutarlas y aprender de ellas.

Aficionados a la revista hicieron un acopio en internet de todas las minificciones publicadas en ella (minisdelcuento.wordpress.com); a este proyecto, realizado con el ánimo desinteresado y utópico de mucho de lo mejor que hay en la red, se agregó en febrero de este año el archivo completo de El Cuento(elcuentorevistadeimaginacion.org), disponible para descargar y leer en línea de forma gratuita. Supervisado por el narrador mexicano Agustín Monsreal –que colaboró en la dirección de la revista en su última etapa, tras la muerte de Valadés–, el proyecto contiene 6,668 cuentos, incluyendo los que leí en 1987. Me encantaría estar equivocado y que esas narraciones encontraran muchos lectores nuevos hoy. ~

… de Rolando Revagliatti

Ante mí los dos ejemplares, Mónica y Alfonso y Marcial…

…, de «Minificcionistas de El cuento Revista de Imaginación», que han tenido la gentileza de despacharme oportunamente. Hoy, por fin, después del Aviso que me dejaran hace varios días, me fue posible irme en ómnibus hasta el edificio de Correo Argentino internacional y tras firmar acá, acá y acá, y mostrar mi documento de identidad a éste, a otro y a otro más, etc., lograr que el empleado de Aduana abriera delante de mí el sobre y después de preguntarme a qué me dedicaba y constatar el contenido me lo diera y saludara afablemente.

Me pude sentar en el ómnibus (acaso sepan que los llamamos colectivos) ya de vuelta para mi casa y durante 60 minutos leí y exploré un ejemplar de esta edición excelente. Estoy más que reconfortado por hallarme divulgado en una obra que tanto trabajo demandó y en la que se han cuidado los detalles, que como sabemos, cuando aúnan sobriedad y belleza, se tornan inefables. Muchas gracias a ustedes.

Estuve viendo las fotografías de la presentación y leyendo desde el blog de Alfonso y viendo y oyendo también el video a partir del programa radial, y la calidez de la amistad «en la imaginación» me dio alcance. Me agradaría contar con las direcciones electrónicas de los cuentistas incluidos, pero no ignoro que es mucho pedir. Y entonces lo que formalizo, a través de ustedes, es mi virtual abrazo para todos.

Los saluda efusivamente,Revagliatti

Rolando Revagliatti
http://www.about.me/rrevagliatti

Estamos de fiesta…

50 años

 

MINIFICCIONES

 

En unos instantes iniciará la presentación del Libro «Minificcionistas de EL CUENTO, revista de imaginación». a cargo de Editorial FICTICIA, en el centro de la cultura mexicana, El Palacio de BELLAS ARTES. 

Cartel conaculta

 

Más de un centenar de escritores de 12 países, aceptaron participar enviando textos inéditos para conmemorar este hecho. Agradezco, aquí, su confianza y emoción de participar en esta importante publicación.

Por ese motivo en el blog publicaremos a partir de hoy el número inicial y el último que se publicó tras 35 años de publicaciones.

 

1143-145

 

El administrador de este sitio, agradece a los visitantes lectores del blog las más de 250 mil páginas leídas. A los autores que se han comunicado, tantas palabras de aliento y su testimonio del gusto de ver revividos sus textos. Eso aumenta mi compromiso de culminar el cometido de incluir todas mas minificciones que aparecieron en los 35 años de vida de la segunda etapa de EL CUENTO.???????????????????????????????

Alfonso Pedraza

«El cuento, revista de imaginación» en TVNL

angel robles canal 28 tvnl

Ángel Robles Cárdenas de la Dirección de Televisión Estatal y Radio Nuevo León nos informa e invitan a sintonizar el canal 28 de TVNL, (http://www.ustream.tv/channel/tvnl) el próximo día lunes l7 de febrero sintonicen el programa “La otra tarde”, donde charlará sobre los 50 años de la revista “EL CUENTO” y promocionará nuestro Blog. Estén pendientes en horario de 14:00 a 15:00 hrs.

Los números de 2013

Los duendes de las estadísticas de WordPress.com prepararon un informe sobre el año 2013 de este blog.

Aquí hay un extracto:

El Museo del Louvre tiene 8.5 millones de visitantes por año. Este blog fue visto cerca de 120.000 veces en 2013. Si fuese una exposición en el Museo del Louvre, se precisarían alrededor de 5 días para que toda esa gente la visitase.

Haz click para ver el reporte completo.

FELIZ 2014

Valadés bebé (2)

Edmundo Valadés (Bebé)

Este Mayo de 2014, se cumplirán 50 años de la aparición del No. 1 de «EL CUENTO, Revista de imaginación» , en su segunda etapa (Mayo de 1964). En esta etapa, Edmundo Valadés agregó textos breves haciendo una analogía a lo que hacía la revista Selecciones del Readers Digest.

La visión de Valadés en «El Cuento» al incluir tales textos, no se quedó en el relleno gracioso o asombroso que persiste en la revista estadounidense. Fueron fragmentos de obras clásicas que ante el «ojo literario» de Edmundo, se leían como entes autónomas y con calidad literaria innegable.

A los pocos años de vida de la revista, y ante la dificultad de encontrar nuevos textos, el maestro convocó a los lectores a enviar textos breves. Para ese propósito creó los concursos de cuentos brevísimos. La respuesta de los lectores fue numerosa, animosa y caótica: no existía un canon establecido para los «minicuentos», y nació en el «correo del lector», (sitio en la revista donde hubo interacción con sus lectores, y con la celeridad que permitían las comunicaciones en esos tiempos)  un gran taller literario que tras decenios acompañó el nacimiento de cientos de escritores, ahora importantes poetas, novelistas y cuentistas, a lo largo de toda América y España.

Este año, un ciento de esos escritores se han hermanado homenajear a la revista y su creador. En poco tiempo informaremos lo que ahora se esta gestando.

Como un regalo de año nuevo, desde este día publicaremos 6 entradas con el fin de acelerar la culminación del proyecto de cubrir la totalidad de los 145 números.