Ventura García Calderón

Ventura García Calderón Rey

(París, 23 de febrero de 1886 – París, 27 de octubre de 1959)

Fue un escritor, diplomático y crítico peruano. Residió la mayor parte de su vida en París y buena parte de su obra está escrita en francés. Fue, por tanto, un escritor bilingüe. Como tal se desenvolvió bajo el influjo modernista y perteneció a la Generación del 900 o arielista, Destacó en variados géneros literarios, pero muy especialmente en el cuento, siendo su obra más representativa su colección titulada La venganza del cóndor. Son notables también sus crónicas. Pero más amplia y fructífera fue su labor como crítico y antologista de la literatura de su país y de América Latina en general.

Fue hijo de Francisco García Calderón, presidente provisional del Perú durante la guerra del Pacífico, y de Carmen Rey Basadre. Su padre había sido apresado por las autoridades chilenas de ocupación y desterrado a Chile en 1881 por negarse a realizar la paz con cesión territorial; tras la firma del Tratado de Ancón en 1884 fue liberado con la condición de no volver al Perú inmediatamente, por lo que se trasladó a Europa junto con su familia. Fue por esas circunstancias que Ventura nació en París.

Su obra, que se enmarca estilísticamente en el Modernismo, consiste mayormente en cuentos. Algunos (sobre todo los iniciales) son de ambiente cosmopolita y carácter decadente. La mayoría, sin embargo fueron ambientados en el Perú y sobre todo en la región andina, inspirados en sus viajes a las regiones de su país. Algunos títulos son: El alfiler, La venganza del cóndor, ¡Murió en su ley!, Coca, El despenador y Los cañaverales. Poseen un cuidado estilo y penetración psicológica y gustan tratar temas sombríos y violentos, fantásticos y de intriga. Destacan también por su precisión descriptiva.

Si bien sus cuentos poseen abundante imaginación y una muy buena técnica, se le ha criticado su desconocimiento de la realidad del interior del Perú y su visión prejuiciosa sobre los indígenas, a los cuales describe de manera pintoresca, tratándolos, según parece, como seres inferiores. Cabe señalar que dicha crítica negativa nace, más que del análisis meticuloso de su obra, de la animadversión hacia su persona, por su origen mesocrático y su ideología conservadora. Es significativo, por ejemplo, que José Carlos Mariátegui (escritor y crítico peruano marxista) no le dedique un espacio en su ensayo sobre la literatura peruana incluido en su obra cumbre, los 7 ensayos, publicado en 1928, cuando ya Ventura era una figura reconocida en el campo literario. Por lo demás, el error de estos críticos, ya de por si prejuiciosos, radica en que, tratándose de ficciones literarias, no se puede exigir que las descripciones o los personajes se «ajusten a la realidad», más aún, cuando el autor enfoca los temas desde un aspecto estético antes que sociológico, como es de esperar en un escritor modernista cultivador del exotismo.

Al margen de dicha crítica «sociologizante», Ventura obtuvo en vida un gran reconocimiento y fue probablemente, fuera del Perú, el escritor peruano más famoso de su tiempo. Un grupo de escritores peruanos, franceses, belgas y españoles presentó su candidatura para el Premio Nobel de Literatura en 1934, aunque no logró ganarlo. Quiso la Academia Francesa incorporarlo como miembro, pero el escritor no aceptó cumplir el requisito previo de renunciar a su nacionalidad peruana; no obstante, dicha Academia le otorgó la medalla de oro en 1948. Por su parte, la Real Academia de Lengua y Literatura Francesa de Bélgica lo incorporó como miembro de número, el 10 de junio de 1939[1].