Ma Me Mi

En el valle de la Democracia, las noches eran más largas que los días, había más tinieblas que luces y sin embargo todo el mundo conservaba aún el recuerdo de que ese valle había sido el más soleado, pero ahora sólo vivían del recuerdo.

También, un día hubo hombres que labraron la tierra, que construyeron, que amaron y crearon un mundo…, hasta que llegó la destrucción. Después de eso no quedó nada; si acaso borregos que conservaron reminiscencias de las virtudes de los hombres.

En aquel atardecer, el sol trasponía las montañas y sobre el valle se veía venir la obscuridad.

Los habitantes del lugar estaban en movimiento. Todo era excitación, prisas, carreras. Era el gran día de elegir al Borrego Maestre.

Las pancartas, llenas de luces y colorido, anunciaban la presencia de tres candidatos, que habían sido seleccionados del seno popular. Las célebres figuras, de “gran renombre y reputación”, eran los eminentes MA, ME, MI.

Todo el aparato electoral estaba listo, y en el momento de que el Borrego Director diese la señal, todos los borregos, simultáneamente gritarían su votación.

Se hizo el silencio, la expectación era grande.

El Borrego Director engoló la voz y dijo: “Con fundamento en el artículo AZ-XXXIII, a la cuenta de tres, los borregos ciudadanos emitirán su voto: uno…, dos…, tres”

Y todo el mundo dijo: “ME”.

 

Manuel Bueno
No. 47, Julio-Agosto 1971
Tomo VII – Año VIII
Pág. 228