Espejo

Frecuento el espejo de la casa por las tardes. La mujer que allí encuentro es mi única amistad desde que Felipe, mi marido, me prohibió salir a la calle o platicar con los vecinos por la ventana —¡esos celos suyos!—. Me preparo para la cita como para una cita amorosa. Me lavo, me peino, me maquillo —a tientas, porque no me atrevería a acercarme al espejo con la facha que llevo mientras hago el trabajo doméstico—, y me pongo un vestido recién planchado. Ella es muda —pobrecilla— y tal vez tonta —lo adivino en sus reacciones crédulas cuando le miento, contándole las emociones del día—. A las siete llega Felipe y nos interrumpe. Él también es algo tonto porque cree que me he arreglado para complacerlo. Dice que siempre soñó tener una mujer que vive como yo, sólo para darle gusto. Preparo la cena de mal humor. Antes de desvestirme voy a espejo a darle a ella su beso de buenas noches. La pobre está siempre ahí esperándome, con su cara de desamparo. Por lo menos yo la tengo a ella; si la encierro en el espejo es para protegerla de hombres como Felipe. ¡Sabré yo que egoístas pueden ser algunas personas!

Sabina Berman
No. 81, Mayo – Junio 1980
Tomo XIII – Año XVI
Pág. 69

A la manera de Esopo

Había una vez una niña sentada en la playa. El sol blanco del mediodía quemaba tanto, que la niña sentía cómo le arrugaba la cara y se la convertía en otra, como de rana. Se dijo a sí misma:

—¡Oh, que desdicha: tener una cabeza de rana y un cuerpo de humana!
Entonces el sol también empezó a quemarle el cuerpo, hasta volverlo un cuerpo de rana.

—¡Oh, qué desdicha —exclamó más alto la niña—: tener una cabeza y un cuerpo de rana y una mente de humana!

Entonces el sol ardiente la invadió de golpe y le tocó hasta la mente.

—¡Oh felicidad —murmuró la rana cnmovida—: tener cuerpo y mente unidos!

Sabina Berman
No. 107-108, Julio – Diciembre 1988
Tomo XVII – Año XXIV
Pág. 213

Mis calcetas

Me desperté hoy como día a día me despierto: Con el despertar de Ernesto: un súbito graznido, un sentarse sobre la cama rotundo, un canturreo idiota mientras busca entre las sábanas sus calcetas y hasta que se las pone. Se duerme vestido. Llega noche a noche cansado, harto de llegar noche a noche cansado, se tira sobre la cama, dice que se pondrá la pijama en cuanto recobre un poco de fuerzas, se duerme. Durante la noche pierde las calcetas. Se soba el pie derecho con la planta del izquierdo y viceversa. Se despierta de golpe, sacudido en un solo movimiento del sueño, se sienta sobre la cama con un graznido (mis calcetas mis calcetas), revuelve las sábanas cantando no sé qué tierna canción de un negrito y una negra jacarandosa hasta que encuentra y se pone las calcetas. Yo, entre una pestaña y otra, lo observo, me digo: me desperté hoy como día a día me despierto: con el despertar de Ernesto: un súbito y eso y lo demás hasta llegar a cansarme de describir paso a paso el despertar de Ernesto: y decir simplemente que me desperté hoy como día a día me despierto: con el despertar de Ernesto: un súbito y eso y lo demás y me voy sumiendo nuevamente en mi sueño que trata de un hombre que se despierta graznando vestido y sin calcetas.

Sabina Berman
No. 93, Mayo-Junio 1985
Tomo XVI – Año XX
Pág. 615

Omniciencia

Te miro. Me miras. En china se rompe un plato.

Pongo mi mano sobre tu mano. En Gibraltar llueve sin prisa entre la luna del cielo y la luna del mar.

Dices: Te amo. Picasso traza un garabato genial en la espalda desnuda de un ángel.

Y sobre nuestras cabezas, el cielo se llena de pájaros.

Sabina Berman
No 101, Enero-Marzo 1987
Tomo XVI – Año XXIII
Pág. 88

Salir de aquí

Con la cabeza entre las manos, acodado en la mesa, dijo en voz muy baja salir de aquí. Dijo salir de aquí en voz alta y cuando lo repitió gritando acató bruscamente sus palabras. Salió de la casa corriendo, atravesó corriendo el pueblo cuyas paredes lentamente se hacían blancas en el lento amanecer. Dejó atrás la última casa pintada de cal brillante. Siguió corriendo por el camino polvoso que divide los monótonos trigales. No respondió al saludo del campesino que lo llamó primero por su nombre y luego por el apellido de su antigua familia. Llegó jadeando a orillas del monte, pero ni entonces se detuvo. El sol mordisqueó su espalda durante el fatigoso ascenso. Alcanzó el pico al mediodía y contemplando las otras cimas rocosas sintió que aquel silencio hacía surgir su rabia. Gritó salir de aquí. Lo gritó tres, cuatro veces, mientras escuchaba rebotar de roca en roca: salir de aquí… salir de aquí…, salir… de aquí salir… de aquí.

Sabina Berman
No. 80, Abril-Septiembre 1978
Tomo XII – Año XIII
Pág. 784

Sabina Berman Goldberg

Sabina Berman Goldberg (México D.F. 21 de agosto de 1955) estudió Psicología y Letras Mexicanas en la Universidad Iberoamericana; es narradora, ensayista, dramaturga, editora, poeta, guionista y directora de cine y teatro. Su obra aborda principalmente el tema de la diversidad (humana y animal) y su obstáculo: la tendencia a la dominación, con sus derivados (el autoritarismo, la violencia, la discriminación). En su estilo se destacan algunas constantes: el humor y la ironía; la desconfianza ante todo discurso oficial; la subversión; la necesidad de rebasar límites tanto sexuales como teatrales y del uso en sí del idioma humano. Ha sido ganadora cuatro veces del Premio Nacional de Dramaturgia en México y el Premio Juan Ruiz de Alarcón y muchos otros premios.

Su obra poética está en los volúmenes Mariposa, Ocho cuartos igual a dos humores, Poemas de agua  y Lunas; ganó el Premio de Cuento Latinoamericano convocado por el Año Internacional de la Mujer; tiene tres novelas publicadas: La bobe, Un grano de arroz  y Amante de lo ajeno. Recibió el Premio Ariel de la Academia de Ciencias y Artes Gráficas por su guión Tía Alejandra. Entre su obra dramatúrgica encontramos El jardín de las delicias, Bill, Un buen trabajador de piolet, Anatema, En el nombre de Dios, Muerte súbita, La grieta, La guerra culta, los ladrones del tiempo, Entre Villa y una mujer desnuda: obra en cuatro actos la cual fue adaptada a la pantalla en 1995 en codirección de Isabelle Tardan, Molière y Feliz nuevo siglo Doktor Freud; su teatro infantil con  La maravillosa historia del niño Pingüica Premio de Teatro Instituto Nacional de Bellas Artes, El árbol de humo y Caracol y colibrí. Su obra ensayística se compone de Volar: la tecnología Maharishi del campo unificado en coautoría de José Gordon, y Volar: Aprendiendo a actuar desde la forma más simple de la conciencia. También fue editora junto con Denise Maerker del libro Mujeres y poder editado en Hoja Casa Editorial en 2000, y antologadora de Cortometrajes en Ediciones El Milagro en 1997.

Recientemente, escribió la película The History of Love para Alfonso Cuarón y la película Light para Alejandro González Iñarritu. Actualmente es conductora del programa de televisión Sha la lá que se transmite por Televisión Azteca, en el Canal 13. Su blog personal: http://sabinaberman.blogspot.com/[1]


[1] Tomado de http://es.wikipedia.org/wiki/Sabina_Berman y Berman, Sabina, “Entrevista con Sabina Berman” en Hind, Emily, Entrevistas con quince autoras mexicanas. Madrid, Iberoamericana/Vervuert, 2003.