El remedio

Porque sufría de insomnio en las noches y de sueño invencible durante el día, tuve que aceptar el brebaje que me ofreció, hace tiempo, un desconocido que inopinadamente metió su cabeza en mi ventana.

Aquella pócima me deparó inmediato alivio. Hoy duermo y vigilo con regularidad impecable y nadie podría tomarme por un individuo excéntrico. Mi dicha sería completa si no hubiese comenzado a adevertir, con inquietud creciente, el irresistible deseo de proferir obscenidades vergonzosas ente letreros que derraman absoluto silencio.

Sergio García Ramírez
No. 93, Mayo-Junio 1985
Tomo XVI – Año XX
Pág. 626