Prosapia


“Resulta que don Lucio necesitaba ver urgentemente a cierto señor Cildañez y conocía solamente su dirección aproximada en el barrio de San Telmo. Allá fue, pues, el atildado coronel Mansilla. Las vagas indicaciones que le habían dado sobre el domicilio del tal Cildañez lo llevaron a un portón verde, con gruesa aldaba de bronce. Golpeó. Segundos después, un señor de unos cincuenta años y con cara de pocos amigos le abrió la puerta. “—¿Caballero?—“ preguntó el dueño de la casa “—¿Es usted por casualidad el señor Cildañez?—“ interrogó el novelista. A lo que el señor, indignado, replicó: “—No, no soy el tal Cildañez. Y si lo fuera no sería por casualidad, sino porque mi madre es una mujer honesta”.

Carlos Marcucci (aludiendo a Lucio V. Mansilla)
No. 97, Marzo-Abril 1986
Tomo XV – Año XXI
Pág. 266