Tiempo

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Aquella vez ordenó que le levantaran un monumento, pero como era demasiado pequeño, exigió le colocaran espuelas y lo esculpieran montado en un enorme caballo. Pasaron los años y la gente olvidó al pequeño gobernante de espuelas y medallas y sólo decía: De la esquina del caballo, tanto y tanto…

Alfonso Chase
No. 142, Enero-Marzo- 1999
Tomo XXX – Año XXXV
Pág. 64

Reptiles

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De pronto, en medio de la cena, al dar el viejo reloj la hora, los invitados empezaron a transformarse, hablando cada uno un lenguaje diferente.
Y no cayó del cielo y no se estremecieron las copas sostenidas en las manos. Sólo sus cabezas adoptaron la forma de reptiles y arrastrándose, despaciosamente, entre interjecciones y gruñidos, dijeron adiós a la señora Embajadora y entre babas y terrones subieron dignamente a sus coches.

Alfonso Chase
Número 129 – 130, Abril-Septiembre 1995
Tomo XXV – Año XXXI
Pág. 97

Parque botánico

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Aquellos dos estudiantes alimentaban a sus plantas con residuos de viejecitas y niños, robados en la morgue de la Facultad de Medicina, pero aquél día las plantas decidieron por sí solas el menú y desde entonces los detectives, asombrados e impotentes, no han podido descubrir el paradero de los dos distinguidos aspirantes a botánicos.

Alfonso Chase
Número 129 – 130, Abril-Septiembre 1995
Tomo XXV – Año XXXI
Pág. 55

Niñeras

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Las niñeras perdían a los niños en la confusión de los juegos y nos sustituían por otros niños, tomados al azar, de suerte que nos sentíamos extraños en las casas y aprendíamos a mirar, de manera impertinente, a nuestros presuntos padres y abuelos y a sonreírles socarronamente a aquellos medio hermanos, que ya habían pasado por las mismas aventuras, de casa en casa y de niñera en niñera.

Alfonso Chase
Número 129 – 130, Abril-Septiembre 1995
Tomo XXV – Año XXXI
Pág. 47

Navegaciones

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En la noche nos hacíamos diminutos y nos subíamos al cuadro del comedor, aquel de barcos junto al muelle, y caminábamos en los camarotes y en los mástiles y en las mañanas las niñeras nos regañaban por el olor salino de nuestra piel y la humedad constante entre nuestras cobijas.

Alfonso Chase
No. 138 – 141, Enero – Diciembre 1998
Tomo XXX – Año XXXIV
Pág. 64

Alfonso Chase

Alfonso Chase

Alfonso Chase

(Cartago, Costa Rica, 19 de octubre de 1944)

 

Es un poeta y ensayista costarricense.

Alfonso Chase Brenes nació en Cartago Centro el 19 de octubre de 1944. Es descendiente de familia norteamericana de origen hebrea. Cursó sus estudios primarios en una escuela de su ciudad natal y los secundarios en San José, en el Liceo del Sur. Realizó algunos estudios informales en México y Estados Unidos pero nunca obtuvo ningún título formal en universidad alguna. Toda su formación intelectual, cultural y literaria, es autodidáctica.

A través de sus innumerables cargos que ha desempeñado en diversas instituciones culturales y educativas del país, se encuentran, entre otras: profesor de talleres literarios en la Universidad Nacional, asesor en la Vicerrectoría de Extensión, investigador en la Escuela de Literatura y Ciencias del Lenguaje, Director de Extensión del Centro de Estudios Generales y otros cargos en dicha Universidad donde, por sus múltiples publicaciones y cargos ocupados en la educación superior se le concedió el título de Catedrático en 1989.

Toda su vida ha girado alrededor de la cultura oficial del país. Ha ocupado puestos de diversa naturaleza en casi todas las instituciones de Costa Rica: Editorial Costa Rica, Asociación de Autores, Ministerio de Cultura Juventud y Deportes, en donde actualmente ocupa la Dirección Nacional de Cultura, puesto al que recientemente renunció, y además ha ganado casi todos los premios que este país ha otorgado en diversas ramas del acontecer literario: Premio Magón, Aquileo Echeverría de cuento, poesía y novela, etc[1].