Inyección

Podría ser un arma letal. No debo dejarme engañar, esto duele. Podría tener una burbuja de aire y causarme la muerte. Podría empezar a convulsionar. La aguja está demasiado afilada, el hoyo en mi piel sería inmenso.
Esta enfermera tal vez quiere vengarse del poco sueldo que le pagan haciendo parecer que fue un accidente, por despecho, a lo mejor. No quiero, prefiero estar enfermo, ya me cansé de tener los dientes apretados.
¿Cómo podré salir de aquí? No debí dejar que me trajeran, mejor mañana, y quizá ya me haya aliviado, hoy podría desmayarme, no comí bien. Ojalá que alguien llame a la enfermera ahorita, y que sea urgente y que tenga que irse.
No, que no se acerque… claro que no encuentra la vena así que mejor vengo después. ¡Tengo que gritar!… si pudiera mantener mis ojos abiertos y pudiera… respirar.

Michel Padilla
No. 143-145, Abril-Diciembre 1999
Tomo XXX – Año XXXV
Pág. 27