Lo absorbió tanto la calculadora que se transformó en su memoria, su división, su resta, multiplicación y suma. Así fue feliz hasta que se le terminó la pila.
Alfonso Tapia Landero
No. 126, Abril-Julio 1993
Tomo XXII – Año XXIX
Pág. 117
Lo absorbió tanto la calculadora que se transformó en su memoria, su división, su resta, multiplicación y suma. Así fue feliz hasta que se le terminó la pila.
Alfonso Tapia Landero
No. 126, Abril-Julio 1993
Tomo XXII – Año XXIX
Pág. 117