Una vez, para ser más precisos el 17 de junio de 4784, el capitán Koyle Clark entró en una casilla de telepantalla pública para llamar a su novia, la agente secreta Lucy Rall. Le informaron que no podía hablar con ella, porque se había casado la semana anterior. “¿Con quién?”, preguntó el exasperado capitán. “Conmigo”, contestó el hombre con el cual estaba hablando. Al mirar con más atención la telepantalla, el capitán descubrió, con ligera sorpresa, que el hombre con quien estaba hablando era él mismo.
Este asombroso misterio fue resuelto por Mr. Robert Headrock, el primer hombre inmortal de la tierra. Utilizando su supercerebro calculador electrónico, Headrock descubrió que el capitán Clark había hecho un viaje en una máquina del tiempo; que en una curva del pasado se había casado con Lucy Rall sin que su yo actual, ajeno a ese curva, lo supiera. Por medio de esta pequeña travesura se convirtió también en el hombre de la bolsa de Comercio. Cuando se llegó al punto del tiempo en que Clark había tomado la curva de la máquina de tiempo, el Clark del pasado y el del presente se volvieron de nuevo uno solo y vivieron felices para siempre. Entretanto, Robert Headrock, el hombre inmortal, envió a un periodista llamado MacAllister varios trillones de años atrás, y le hizo producir una explosión cósmica, que dio origen a nuestro sistema planetario, tal como lo conocemos.
A. E. van Voght en “Las armerías de Isher” Citado por Arthur Koestler
No. 81, Mayo – Junio 1980
Tomo XIII – Año XVI
Pág. 53