Martín Fernández Navarrete

Martín Fernández Navarrete

Martín Fernández Navarrete

 Navegante y escritor Español; nació en Avalos (Logrono), el 8 de noviembre de 1765; murió en Madrid, el 8 de octubre de 1844. Recibió su primera educación parte en su ciudad natal y parte en el seminario de Vergara. A la edad de 15 años entró a la marina, y poco tiempo después, en 1782, sirvió con distinción en la infructuosa operación en contra de Gibraltar. Debido al excesivo trabajo, su salud se debilitó y se vio forzado a separarse del servicio activo por un tiempo; pero durante este tiempo de descanso forzado, se dedicó a la investigación histórica, y en 1789 fue comisionado por el Ministerio de Marina para buscar los archivos nacionales y juntar todos los documentos e información en conexión con la historia marítima de España. Dedicó tres años a este trabajo, y entre los documentos descubrió los diarios del primer y tercer viaje de Colón. Habiendo sida declarada la guerra entre Francia y España, volvió a la marina en 1792 y tomó parte en ataque de Toulon. Poco tiempo después de esto fue promovido a capitán de navío. Luego fue ubicado bajo las órdenes del General Langara del Departamento de Cádiz, con quien después sirvió en varias diligencias cuando el último fue hecho Ministro de Marina. Mientras que estuvo en Oficina de Marina, trajo muchas mejoras y reformas entre las cuales estaba la planeación y organización de la oficina hidrográfica, de la cual después se hizo director (1803). En 1808, renunció a los cargos que le dio su gobierno y se retiró de la vida pública, antes que reconocer los mandatos de José Bonaparte, quien había sido puesto en el trono. En 1814 fue hecho secretario de la Academia de San Fernando, y desde 1824 hasta su muerte, fue director de la Academia de Historia.

 Varias veces fue elegido para representar a su provincia como senador, pero su carrera en el senado no era muy brillante. La mayoría de la obra de Navarrete es histórica. Su mejor obra, y la cual le da su reputación es “Colección de los viajes y descubrimientos que hicieron por mar los españoles desde el fin del siglo XV” (Madrid, 1825-37). Esta fue publicada a expensas del gobierno, y ha sido leída y repetida ampliamente. Entre sus otras obras figura una excelente vida de Cervantes, publicada en 1819, en conexión con una edición de “Don Quijote”, sacada por la Academia Española; “Colección de documentos inéditos” escritos en colaboración con otros; “Disertación sobre la historia de la náutica,” y “Biblioteca marítima española”. Las dos últimas publicadas después de su muerte, en 1846 y 1851 respectivamente[1].

 

Ubicación del Paraíso

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Contribuyó a fortalecer esta opinión y a darle mayor amplitud, el inmenso caudal de agua dulce que introducía el Orinoco en el Golfo de Paria; pues recapacitando —Cristóbal Colón— cuanto había leído, llegó a figurarse que el sitio en que estuvo el Paraíso debió ser en la eminencia que según su sistema formaba el globo terráqueo debajo del ecuador; y que de allí descendían con tal ímpetu las aguas, que formaban tan caudaloso río, uno de los cuatro que del mismo lugar salían a dividir la tierra, conforme a la exposición del sagrado texto. Por otra parte, siendo lo más probable que el Paraíso estuvo en el oriente, Paria, en su concepto, era el principio de esta región: que por la bondad de temple, frondosidad y hermosura en la tierra, igualdad en días y noches, uniformidad de los tiempos y sitio encumbrado para gozar de una atmósfera más pura y menos cargada de vapores y exhalaciones, reunía las circunstancias con que varios santos y doctores describen aquel lugar delicioso, en que colocó Dios a nuestros primeros padres.

Martín Fernández Navarrete, en Disertación sobre la historia de la náutica
No. 02, Junio 1964
Tomo I – Año I
Pág. 91