Diablero

Y el diablero construyó su casa para protegerse de la humanidad.

Decidió levantar paredes fuertes.

Quince años trabajó en la fortaleza.

Decidió no hacer ventanas para que el sonido de los hombres no invadiera sus sueños.

Piedra por piedra llegó hasta lo alto.

Decidió que por su fortaleza no tuviera puertas ni claraboyas ni tan siquiera una sola abertura.

Y terminó el diablero su casa.

Pero se quedó afuera.

Sergio Francisci
No. 127, Enero – Junio 1994
Tomo XXIII – Año XXX
Pág. 89