Hacía veinte años que la pareja, enamorada locamente, se miraba sin parpadeo alguno. Ellos no podían explicarse por qué el tiempo no los envejecía. Tampoco se explicaban el porqué nunca se habían dolido de los ojos. ¡Caramba! Es algo normal. Nos sucede a todos.
Aún no se daban cuenta que eran personajes de una foto.
Waldemar Noh Tzec
No 78, Julio-Agosto 1977
Tomo XII – Año XIII
Pág. 497