En entrevista a Alfredo Cardona Peña:
—¿Cree usted en los fantasmas?
—Le contestaré con una frase de madame du Deffant: ¡No! Pero les temo.
Noemí Atamoros
No. 61, Octubre-Noviembre 1973
Tomo X – Año X
Pág. 181
Noemí Atamoros
Cuenta Blanca Martínez que Noemí Atamoros Zeller sólo tenía 15 años cuando llegó a la redacción de Excélsior, el periódico de la vida nacional. Eran mediados del siglo xx, y el legendario Becerra Acosta la había invitado a tomar el puesto de redactora. Recién salida de la escuela, sería la primera mujer que ocupara un escritorio en tal sitio. Los demás redactores, la recibieron volteando de revés las máquinas de escribir —mecánicas— y golpeando el metal en señal de protesta. En la sala de tipografía, los varones le impidieron el paso alegando que «una mujer ahí solamente traía mala suene». Casi cinco décadas después, al personal de tan importante diario le parece imprescindible la presencia de Noemí, periodista y escritora, que además es Jefa de Información de la Sección B y cooperativista. Aunque la incorporación de las mujeres a la vida de los periódicos no ha sido fácil, tampoco ha sido inaccesible. Actualmente muchas mujeres destacan en actividades periodísticas y son también literatas, mujeres de letras, que además de escribir lo cotidiano y efímero publican para la posteridad[1].
Preguntado Alfredo Cardona Peña cómo describía a un fantasma:
“Un gigante, un enano, un castillo con alaridos, una flor sonámbula, unas viejas viajando en ramas secas, un extraño animal, unas cadenas como culebras, una ráfaga luminosa, un simio, un silencio con palpitaciones, unos sudarios ágiles, una ausencia habitada, un vestido andante, el alma de un eco, la cola de un perfume, unos espejos con muertos movibles, y una mano con dientes… es inútil porque nadie ha podido describirlo jamás”.
Noemí Atamoros
No. 61, Octubre-Noviembre 1973
Tomo X – Año X
Pág. 139