Bajaron del cielo los cinco de la aurora, bajaron los señores de bien y del mal. Del cielo bajaron los cinco señores del día.
Los cinco: Huitzilopochtli, broncíneo guerrero. Huitzilopochtli, señor de las esteras. Huitzilopochtli, el de los grandes músculos. Huitzilopochtli bajó.
Tonantzin, la madre. Tonantzin blanca, Tonantzin pura. Tonantzin de largos cabellos. Tonantzin que mandó a su hijo Quetzalcóatl, señor del maíz, a la tierra. Tonantzin también a la tierra bajó.
Quetzalcóatl, el señor blanco. Quetzalcóatl el barbado. Quetzalcóatl guerrero, Quetzalcóatl, señor del maíz. También del cielo bajo Quetzalcóatl.
Coatlicué, la vieja triste. Coatlicué la temida señora. Bajó también de los cielos estrellados Coatlicué.
Xóchitl, la niña pura. Xóchitl, fresca como la flor de cacto. Xóchitl, del color de las bayas de cacao. Por donde los pies de la niña Xóchitl pisaron la tierra, las flores se abrieron a su paso. Xóchitl.
El venado dijo: Mira que han bajado los señores de la noche de sus moradas celestes. Y mira que la raza de bronce sabrá salir triunfante ahora.
Y el tlacuache dijo: Porque han bajado del cielo los cinco del arcoirirs, los cinco del fuego han bajado a la tierra.
Y así hablaban el venado y el tlacuache. Porque los cinco señores dorados bajaron de los cielos.
En la noche los nahuales se quejaban. A la noche sus lamentos, sus quejas. Y el indio levantó la cabeza para oír a los nahuales aullar. Y el indio sonrió, porque sabía que el día del hombre blanco había terminado. Porque los nahuales les aullaban.
Porque los cinco de la noche bajaron a la tierra, los señores del bien y del mal. Porque de los cielos bajaron los cinco.
Huitzilopochtli
Tonantzin.
Quetzalcóatl.
Coatlicué.
Xóchitl.
Manuel R. Campos Castro
No. 49, Octubre-Noviembre 1971
Tomo VIII – Año VIII
Pág. 406