El juramento del cautivo

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El Genio dijo al pescador que lo había sacado de la botella de cobre amarillo:
—Soy uno de los genios heréticos y me rebelé contra Salomón, hijo de David (¡que sobre los dos haya paz!). Fui derrotado; Salomón, hijo de David, me ordenó que abrazara la fe de Dios y que obedeciera sus órdenes. Rehusé; el Rey me encerró en ese recipiente de cobre y estampó en la tapa el Nombre Muy Alto, y ordenó a los genios sumisos que me arrojaran en el centro del mar, Dije en mi corazón: a quien me dé la libertad, lo enriqueceré para siempre. Pero un siglo entero pasó y nadie me dio la libertad. Entonces dije en mi corazón: a quien me dé la libertad, le revelaré todas las artes mágicas de la tierra. Pero cuatrocientos años pasaron y yo seguía en el fondo del mar. Dije entonces a quien me dé la libertad, yo le otorgaré tres deseos. Pero novecientos años pasaron. Entonces, desesperado, juré por el Nombre Muy Alto: a quien me dé la libertad, yo lo mataré. Prepárate a morir, oh mi salvador.

Las Mil y una Noches
No. 25, Agosto 1967
Tomo IV – Año IV
Pág. 673

¿Estimulante exagerado?

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Tomó dos onzas de cubebas chinas, una onza de extracto grasoso de cáñamo jónico, una onza de cariófilo, una onza de canela roja de Serendib, diez dracmas de cardamomo blanco de Malabar, cinco de jengibre de la India, cinco de pimienta blanca, cinco de pimienta de las islas, una onza de las bayas de anís de estrella hindú y media onza de tomillo de monte. Todas estas cosas las mezcló con pericia antes de haberlas machacado y colado. Añadió miel pura, hasta que el conjunto se convirtió en una pasta espesa y a continuación mezcló con ésta cinco granos de almizcle y una onza de huevas de pescado molidas. Finalmente añadió un poco de agua de rosas concentrada y lo puso todo en un cuenco… diciendo: “He aquí una mezcla que endurecerá los huevos y espesará la savia, cuando se haga demasiado fluida… Has de comer esta pasta dos horas antes del coito, pero durante tres días antes de esto no has de comer más que pichones asados condimentados generosamente con especias, pescado macho con la crema completa y huevos de carnero ligeramente fritos. Si después de esto no horadas las mismísimas paredes del cuarto y dejas preñados los propios fundamentos de la casa, puedes cortarme la barba y escupirme en la cara.

Las mil noches y una noche, Cuento del lunar postizo.
No. 59, Junio-Julio 1973
Tomo X – Año IX
Pág. 785

Infierno de siete pisos

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Alá fundó un infierno de siete pisos, cada uno encima del otro, y cada uno a una distancia de mil años del otro. El primero se llama Yahannam, y esta destinado al castigo de los musulmanes que han muerto sin arrepentirse de sus pecados; el segundo se llama Laza, y está destinado al castigo de los infieles; el tercero se llama Yahim, y está destinado a Gog y Magog; el cuarto se llama Sa’ir, y está destinado a las huestes de Iblis; el quinto se llama Sakar, y está preparado para quienes descuidan las oraciones; el sexto se llama Hatamah, y está destinado a los judíos y a los cristianos; el séptimo se llama Hauiyah, y ha sido preparado para los hipócritas. El más tolerable de todos es el primero; contiene mil montañas de fuego; en cada montaña, setenta mil ciudades de fuego; en cada ciudad, setenta mil castillos de fuego; en cada castillo, setenta mil casas de fuego; en cada casa, setenta mil lechos de fuego, y en cada lecho, setenta mil formas de torturas. En cuanto a los otros infiernos, nadie conoce sus tormentos, salvo Alá el Misericordioso.

Las mil y una noches
No. 02, Junio 1964
Tomo I – Año I
Pág. 83

Libro de las Mil y Una Noches
No. 77, Junio 1977
Tomo XII – Año XIII
Pág. 366

El árbol de las joyas


… Y observó que los árboles de aquel jardín, en efecto, estaban agobiados bajo el peso de sus frutas, que eran extraordinarias de forma, de tamaño y de color. Y notó que, al contrario de lo que ocurre con los árboles de los huertos, cada rama de aquellos árboles tenía frutas de diferentes colores. Las había blancas, de un blanco transparente como el cristal, o de un blanco turbio como el alcanfor, o de un blanco opaco como la cera virgen. Y las había rojas, de un rojo como los granos de la granada o de un rojo como la naranja sanguínea. Y las había verdes, de un verde oscuro y de un verde suave; y había otras que eran azules y violeta y amarillas; y otras que ostentaban colores y matices de una variedad infinita. ¡Y el pobre Aladino no sabía que las frutas blancas eran diamantes, perlas , nácar y piedras lunares; que las frutas rojas eran rubíes, carbunclos, jacintos, coral y cornalinas; que las azules eran esmeraldas, berilos, jade, prasios y aguas-marinas, que las azules eran zafiros, turquesas, lapislázuli y lazulitas; que las violeta eran amatistas, jaspes y sardoinas; que las amarillas eran topacios, ámbar y ágatas; y que los demás de colores descoloridos, eran ópalos, venturinas, crisólitos, cimófanos, hematitas, turmalinas, peridotos, azabaches y crisopacios! Y caía el sol a plomo sobre el jardín. Y los árboles despedían llamas de todas sus frutas, sin consumirse.

Aladino y la lámpara maravillosa en Las mil noches y una noche.
No. 36, Mayo-Junio 1969
Tomo VI – Año V
Pág. 421

Un barco cargado de…


“¿De qué viene cargado el barco, capitán?” Este contestó: “¡Oh, señor! Además de los mercaderes pasajeros, llevamos en el sollado ricas telas, sederías de todos los países, bordados en terciopelo y brocados, telas pintadas, antiguas y modernas, de muy buen gusto, y otras mercancías de valor; llevamos medicamentos chinos e indios, drogas en polvo y en rama, díctamos, pomadas, colirios, ungüentos y bálsamos preciosos; llevamos pedrería, perlas, ámbar amarillo y coral; tenemos también perfumes de todas clases y especies selectas; amizcle, ámbar gris e incienso, almácigo en lágrimas transparentes, benjuí gurí y esencias de todas las flores; tenemos asimismo alcanfor, culantro, cardamomo, clavo, canela de Serendib, tamarindo y jengibre; finalmente, hemos embarcado en el último puerto aceitunas superiores, de las llamadas “de pájaro”, que tienen una piel muy fina y una pulpa dulce, jugosa, del color del aceite rubio”.

Historia de Kamaralzamn y Budur en Las mil noches y una noche
No. 36, Mayo-Junio 1969
Tomo VI – Año V
Pág. 420

Un Ghul


Pero aquel joven tan hermoso no era otra cosa que un Ghul entre los ghules, y de la especie más peligrosa. Y llevó a Dalal a su casa, que estaba situada en soledad, en la cima de una montaña. Luego fue a batir el campo, a salir a los caminos, a hacer abortar a las mujeres encintas, a producir miedo a las viejas, a aterrar a los niños, a aullar con el viento, a ladrar a las puertas, a chillar en la noche, a frecuentar las ruinas antiguas, a sembrar maleficios, a gesticular en las tinieblas, a visitar las tumbas, a husmear muertos, y a cometer mil atentados y a provocar mil calamidades.

Historia de Baibars en Las mil noches y una noche.
No. 36, Mayo-Junio 1969
Tomo VI – Año V
Pág. 416

El separador


Cuentan que al Emir de los Creyentes Omar Ibn Al-Khattab, —que fue el califa más justo y el hombre más desinteresado del Islam— se le aopodó El-Farrukh, o el Separador, porque tenía la costumbre de separar en dos, de un sablazo, a todo el hombre que se negara a obedecer una sentencia pronunciada contra él por el Profeta (¡con Él la plegaria y la paz).

Las mil noches y una noche
No. 36, Mayo-Junio 1969
Tomo VI – Año V
Pág. 405

Sibaritismo árabe


Y he aquí que se paró esta en la frutería y compró manzanas de Siria, membrillos osmaní, melocotones de Omán, jazmines de Alepo, nenúfares de Damasco, cohombros del Nilo, limones de Egipto, cidras sultaní, bayas de mirto, flores de henné, anémonas rojas de color sangre, violetas, flores de granado y narcisos… hasta llegar a la tienda de un confitero, y allí compró ella una bandeja y la cubrió de cuanto había en la confitería: enrejados de azúcar con manteca, pastas aterciopeladas perfumadas con amizcle y deliciosamente rellenas, bizcochos llamados sabun, pastelillos, tortas de limón, confituras sabrosas, dulces llamados muchabac, bocadillos huecos llamados lucmet-el-kadi, otros cuyo nombre es assabihzeinaab, hechos con manteca, miel y leche… Después se detuvo en la casa de un destilador y compró diez clases de aguas: de rosas, de azahar y otras muchas, y varias bebidas embriagantes, como asimismo un hisopo para aspersiones de aguas de rosas amizclada, granos de incienso macho, palo de áloe, ámbar gris y amizcle, y finalmente velas de cera de Alejandría.

Las mil noches y una noche
No. 35, Abril 1969
Tomo VI – Año IV
Pág. 344

Montaña-marina-de-la-madre


“Has de saber que en los tiempos antiguos bajó a esta montaña una gennia de la raza de los genn chinos. Y he aquí que un día en sus excursiones terrestres tropezó con un hombre y le amo con amor apasionado. Pero temiendo por ella la cólera de los genn de su raza, si se divulgaba la aventura, cuando ya no pudo reprimir el ardor de sus deseos, se puso en busca de un paraje solitario donde ocultar su amante a los ojos de sus parientes los genn, y acabó por dar con esta montaña desconocida de hombres y de genn, por no ser camino ni estos ni de aquellos. Se apoderó entonces de su amante y le transportó por los aires para depositarle en esta isla, donde hubo de vivir con él. Y de cuando en cuando se ausentaba de aquí para hacer acto de presencia entre sus parientes, dándose prisa por regresar enseguida, ocultamente, junto a su bien amado. Con lo cual, al cabo de cierto tiempo de llevar aquella vida, quedó encinta de él varias veces, y echo al mundo en esta montaña numerosos hijos. Y cuando pasaban cerca de esta montaña los mercaderes que viajaban por acá, oían desde sus navíos voces de niños que parecían los gritos quejumbrosos de una madre lamentándose, y se decían: “¡En esta montaña debe haber alguna pobre madre que perdió a sus hijos.” Y ese es el motivo de tal nombre”.

Las mil noches y una noche
No. 35, Abril 1969
Tomo VI – Año IV
Pág. 341

Ablusiones adecuadas


El sabio dijo: “¡En verdad que contestaste de un modo excelente! Pero ¿Qué hacen los ángeles y los demonios junto a aquel que practica sus abluciones?”

Simpatía respondió: “Cuando el hombre se prepara a verificar sus abluciones, loa ángeles se colocan a la derecha y los diablos a la izquierda; pero no bien pronuncia la fórmula inicial: “¡En el nombre de Alah!”, los diablos se ponen en fuga y los arcángeles se aproximan a él, desplegando sobre su cabeza un dosel luminoso de forma cuadrada que sostienen por las cuatro puntas, y cantan alabanzas a Alah e imploran el perdón de los pecados de aquel hombre. ¡Pero en cuanto se olvida él de invocar el nombre de Alah o deja de pronunciarlo, los diablos vuelven tumultuosos, y trabajan todo lo posible por turbarle el alma, sugerirle la duda y enfriarle el espíritu y el fervor!”.

Historia de la docta Simpatía, en Las mil y una noches
No. 35, Abril 1969
Tomo VI – Año IV
Pág. 335

El anillo de Soleiman


Quien desee llegar a ser dueño y soberano de los hombres, de los genios, de las aves y de los animales, no tendrá más que encontrar el anillo que el profeta Soleimán lleva al dedo en la Isla de los Siete Mares que le sirve de sepultura. Ese anillo mágico es el que Adán, padre de los hombres, llevaba al dedo en el paraíso antes de su pecado, y que se lo quitó el ángel Gobrail, donándoselo al prudente Soleimán más tarde. Pero ningún navío podría intentar surcar los piélagos y llegar a esa isla situada allende los Siete Mares. Sólo llevará a cabo esta empresa quien encuentre el vegetal con cuyo jugo basta frotar la planta de los pies para poder caminar por la superficie del mar. Ese vegetal se encuentra en el reino subterráneo de la reina Yamlika. Y únicamente esta princesa sabe el lugar donde crece la planta; porque conoce el lenguaje de las plantas y las flores todas, y no ignora ninguna de sus virtudes. Quien quiera dar con ese anillo, vaya primero al reino subterráneo de la reina Yamlika. ¡Y si es tan dichoso que triunfa y se apodera del anillo, no solamente podrá entonces dominar a todos los seres creados, sino que también penetrará en la Comarca de las Tinieblas para beber en la Fuente de la Vida, que da belleza, juventud, ciencia, prudencia e inmortalidad!

Historia de la reina Yamlika en Las mil y una noches
No. 35, Abril 1969
Tomo VI – Año IV
Pág. 313

Irrebatible


“Nuestro Profeta, ¡sean con él la paz y la plegaria! dijo: “El verdadero sabio es el que prefiere las cosas inmortales a las perecederas.” Y se cuenta que el asceta Sabet lloró tanto, que se le enfermaron los ojos. Entonces llamaron a un médico, y le dijo: “No puedo curarte, como no me prometas una cosa”. Y el asceta preguntó: “¿Qué cosa he de prometerte?”. Y dijo el médico: ¡Que dejarás de llorar!” Pero el asceta repuso “¿Y para qué me servirán los ojos si ya no llorara?”

Las mil noches y una noche
No. 35, Abril 1969
Tomo VI – Año IV
Pág. 298

Elegía musulmana


El mandadero vio entonces que había abierto la puerta otra joven, cuyo talle, elegante y gracioso, era un verdadero modelo, especialmente por sus pechos redondos y salientes, su gentil postura, su belleza, y todas las perfecciones de su talle y de todo lo demás. Su frente era blanca como la primera luz de la luna nueva, sus ojos como los ojos de las gacelas, sus cejas como la luna creciente del Ramadán, sus mejillas como anémonas, su boca como el sello de Soleimán, su rostro como la luna llena al salir, sus dos pechos como granadas gemelas. En cuanto a su vientre juvenil, elástico y flexible, se ocultaba bajo la ropa como una carta preciada bajo el rollo que la envuelve… y en el lecho había una joven de maravillosa hermosa, con ojos babilónicos, un talle esbelto como la letra Aleph, y un rostro tan bello, que podía envidiarlo el sol luminoso. Era una estrella brillante, una noble hermosura de Arabia.

Las mil noches y una noche
No. 35, Abril 1969
Tomo VI – Año IV
Pág. 297

El hombre de oro


Se acercó primero al trono el sabio hindi, se prosternó ante el rey, besó la tierra entre sus manos, y después de haberle deseado alegría y dicha en aquel día de fiesta, le ofreció un presente verdaderamente real: consistía en un hombre de oro, incrustado de gemas y pedrerías de gran precio, que tenía en la mano una trompeta de oro. Y le dijo el rey Sabur: “¡Oh, sabio! ¿para qué sirve esta figura?” El sabio contestó: “¡Oh mi señor! ¡este hombre de oro posee una virtud admirable! ¡Si le colocas a la puerta de la ciudad, será un guardián a toda prueba, pues si viniese un enemigo para tomar la plaza, le adivinará a distancia, y soplando en la trompeta que tiene a la altura de su rostro, le paralizará y le hará caer muerto de terror!”.

Historia Mágica del caballo de ébano en “Las mil noches y una noche”
No. 35, Abril 1969
Tomo VI – Año IV
Pág. 273

De haremes equitativos


Y además de aquellas cuatro mujeres legítimas que habitaban en palacio tenía el rey Omar trescientas sesenta concubinas, tantas como los días del año copto, y cada uno de estos edificios contenía treinta concubinas, cada cual en su habitación, de modo que había trescientos sesenta aposentos reservados. Y el rey Omar, muy equitativo, había dedicado una noche del año a cada una de sus concubinas, de modo que se acostaba una sola noche con cada concubina, a la cual volvía hasta el año siguiente. Y no dejó de proceder de este modo durante un gran espacio de tiempo, y durante toda su vida. Por eso era famoso por su sabiduría admirable y por su probada virilidad.

Las mil noches y una noche
No. 35, Abril 1969
Tomo VI – Año IV
Pág. 259

Esperanza


Y la mujer que, en la cama conyugal o en otra parte, se muestra hostil a su marido, o le irrita con palabras agrias o provoca su mal humor, ¡oh! a esa el Retribuidor, en el día del Juicio, le estirará la lengua sesenta codos, hasta dejarla convertida en una sucia correhuela carnosa, que se enrollará al cuello de la culpable, hecha carne horrible y lívida.

Las mil y una noches
No. 38, Septiembre-Octubre 1969
Tomo VI – Año V
Pág. 629

Las mil y una noches

Las mil y una noches

(literalmente ‘mil noches y una noche’)

Es una célebre recopilación de cuentos árabes del Oriente Medio medieval que utiliza la técnica del relato enmarcado o mise en abyme. El núcleo de estas historias está formado por un antiguo libro persa llamado Hazâr afsâna (‘los mil mitos’, en persa). El compilador y traductor de estas historias al árabe es, supuestamente, el cuentista Abu abd-Allah Muhammed el-Gahshigar, que vivió en el siglo IX. La historia principal sobre Scheherezade, que sirve de marco a los demás relatos, parece haber sido agregada en el siglo XIV. La primera compilación arábiga moderna, elaborada con materiales egipcios, se publicó en El Cairo en 1835.

Causó gran impacto en Occidente en el siglo XIX, una época en que las metrópolis impulsaban las expediciones e investigaciones geográficas y de culturas exóticas. Aunque Las mil y una noches se tradujeron por primera vez en 1704, esa primera versión al francés, de Antoine Galland, era una adaptación, un texto expurgado de los adulterios y hechos de sangre que abundan en el libro. Una de las traducciones que alcanzó popularidad fue la de Richard Francis Burton, diplomático, militar, explorador y erudito de la cultura africana.

Compuesto por tres grupos de relatos, el libro describe de forma fantástica y algo distorsionadala India, Persia, Siria, China y Egipto. Hacia el año 899, los relatos, transmitidos oralmente, habían sido agrupados en ciclos. Se cree que muchas de las historias fueron recogidas originariamente de la tradición de Persia (hoy en día Irán), Irak, Afganistán, Tajikistán y Uzbekistán y compiladas más adelante, incluyendo historias de Son relatos que surgen uno del otro, es decir, al contarse uno de repente surge otro y ese otro crea otro cuento hasta que termina el primero, como cajas encerradas en otras cajas. En el primero, se cuenta que el sultán Shahriar descubre que su mujer lo traiciona y la mata. Creyendo que todas las mujeres son igual de infieles ordena a su visir conseguirle una esposa cada día, alguna hija de sus cortesanos, y después ordenaría matarla en la mañana. Este horrible designio es quebrado por Sherezade, hija del visir. Ella trama un plan y lo lleva a cabo: se ofrece como esposa del sultán y la primera noche logra sorprender al rey contándole un cuento. El sultán se entusiasma con el cuento, pero la muchacha interrumpe el relato antes del alba y promete el final para la noche siguiente. Así, durante mil noches. Al final, ella da a luz a tres hijos y después de mil noches y una, el sultán conmuta la pena y viven felices (con lo que se cierra la primera historia, la de la propia Sherezade).

Las historias son muy diferentes, incluyen cuentos, historias de amor o tanto trágicas como cómicas, poemas, parodias y leyendas religiosas musulmanas. Algunas de las historias más famosas de Sherezade circulan en la cultura occidental traducidas como Aladino y la lámpara maravillosa, Simbad el marino y Alí Babá y los cuarenta ladrones; sin embargo, Aladino y Alí Babá fueron añadidos a la compilación en el siglo XVIII por Antoine Galland, quien las escuchó de forma oral de un cuentista de Alepo en Siria. En muchas historias se representa a genios, espíritus fantásticos, magos y lugares legendarios que son mezclados con personas y lugares reales; el histórico califa Harun al-Raschid es un protagonista usual. A veces algún personaje en los cuentos de Sherezade comienza a contarle a otros personajes una historia propia, y esa historia puede incluir otra historia dentro de ella, lo que resulta en una textura narrativa jerárquica[1].