José Prats Sariol

José Prats Sariol

JOSÉ PRATS SARIOL (La Habana 1946),

Hizo estudios de Literatura en la Universidad de la Habana.

Crítico literario, narrador, ensayista y profesor universitario, posee una compacta obra en la que sobresalen las novelas: Erótica, Mariel (1997, 1999), Guanago Gay (2001); Las penas de la joven Lila (2004); y Cuentos… además de los textos críticos: Estudios sobre poesía cubana (1988); Criticar al crítico (1983); Pellicer río de voces; No leas poesía…; y Fabelo (1994).

Junto con un grupo de críticos literarios preparó en 1988, la edición cumbre de Paradiso, la novela de Lezama Lima para la UNESCO.

Ha sido compilado en el libro Tópicos y trópicos pellicereanos. Estudios sobre la vida y obra de Carlos Pellicer, ed. Hora y veinte, 2005, con el ensayo Pellicer, Lezama, el amor filial.

A su cargo estuvieron la preparación (compilación, prologo, notas…) de La Habana (1992)y de La materia artizada (1996).

Ha ofrecido conferencias en universidades y centros culturales en diversas partes del mundo. Fue huésped becado, de la Casa del Escritor de Puebla, México, durante dos años, en donde coadyuvó en la preparación de escritores noveles, creó la revista Instantes, bajo los auspicios de la Universidad de las Américas  y colaboró en varias publicaciones literarias locales.

Actualmente reside en Ohio.

Este 2011 publicó el libro de ensayos Lezama Lima o el azar concurrente, Ed. Confluencias de España[1].

Demode

Sobre la arena, una preciosa edición de La papisa Juana de Emmanuel Royidis, en la traducción y adaptación del griego al inglés realizada por Lawrence Durrell. Varadero en agosto reverberaba. Contempló el libro unos segundos y pensó que sólo tendría lectura para el resto de la tarde. De una guagua de los astilleros de Cárdenas bajaban varias familias con los niños ya en trusa. Recordó que en la habitación todavía le quedaba Terra nostra de Carlos Fuentes, con las litografías originales de Alberto Gironella. Las familias acomodaban las jabas y bolsas repletas de emparedados y mangos en la arena aledaña a La papisa. Se alegró de la previsora medida, y más cuando retornó a su memoria la cubierta de A rebours, impresa en París en 1897, que también había traído a las vacaciones. Las pelotas y salvavidas se inflaban rápidamente. Mientras tanto, de un radio portátil salía un son montuno. Se sumergió en un pasaje sobre las cortesanas atenientes y las curiosas costumbres de ciertos frailes. Pronto el juego con la pelota, suerte de voleibol sin malla, generó la algarabía entre los adolescentes del grupo. Algo comenzó a exacerbarlo. Voleaban, corrían, rodaban, gritaban. Los cuatro verbos repercutieron en La papisa, fragmentaron la lectura. Pelota y joven cayeron sobre libro y lector. “Perdón compañero”. “Animal”. “¿Por qué? “Eso digo yo”. “Jugábamos, perdón”.

Sol y mar. Recogió rápidamente sus cosas. Espuma y salitre. Refunfuñó al ponerse de pie. Familias y risas. Lanzó una mirada centelleante. Un niño se le acercó con un salvavidas: “Infla, chico, anda”: un líquido verdoso manchó de momento la fina arena.

José Prats Sariol
No. 103 – 104, Julio – Diciembre 1987
Tomo XVI – Año XXIII
Pág. 272