¿Cuántos ángeles caben en la cabeza de un alfiler?


De rodillas y con fe inquebrantable, invocó a todos los ángeles. Éstos, obedientes, descendieron sobre ella con un tremendo batir de alas. En seguida su pensamiento se llenó de plumas y de buenas intenciones; tantas, que pronto se le atrofiaron el cerebro y el libre discurrir de las ideas. A la mañana siguiente, la Madre Superiora declaró que la santa hermana había muerto en éxtasis místico.
Laura Reinking
No. 89, Enero-Febrero 1984
Tomo XIV – Año XIV
Pág. 175

Laura Reinking estudió Literatura en la Universidad Iberoamericana de la Ciudad de México. Se especializa en difusión de asuntos empresariales y publica regularmente artículos sobre comunicaciones, particularmente del impacto que sus cambiantes tecnologías tienen en el ciudadano.[1]


[1] Corajido, M. y Reinking, L. La ignorancia debida. Buenos Aires, Libros del Zorzal, 2003.