Cuando ella supo que era necesario no tener hijos, corrió a la Clínica de Salud donde le insertarían un Dispositivo Doble “S”, y así ayudaría al sueldo tan bajo del marido y al control de la natalidad. Cada año que pasaba, tus posibles padres festejaban en casa tus dudantes aniversarios y los del dispositivo. Tus familiares llevaban dulces y pasteles, que tus desconocidos primos se comían. Poco después ella se sintió mal. Llevaba quince años con el aparato. Llegó el médico y la enfermera para extraerle el fino filamento y, al sacarlo poco a poco, fuiste saliendo toda completa con tu vestido de quinceañera y tu ramo de flores.
Oscar Francisco Muñóz González
No. 82, Julio-Agosto 1980
Tomo XIII – Año XVI
Pág. 222