Historia del pequeño quinto rabino

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Los Omonios vieron caer un rabino de los cielos. Seguros de que era un enviado sobrenatural, lo coronaron rey. Su reinado fue el más justo de la historia de la humanidad. Terminó con los ladrones, con los asesinos, con las prostitutas, con toda suerte de corrupciones.

Antes de sus primeros tres años de reinado, trescientos hombres habían perdido la mano derecha por ladrones, veinte mujeres habían muerto en la pira por brujas y por rameras y ciento y cuatro caballeros habían sido arrojados al mar encerrados en sacos llenos de gatos y de perros, por diversas faltas. Hubo necesidad de ampliar las cárceles y duplicar el número de policías.

Antes de terminar su reinado, la comunidad de los Omonios estaba prácticamente extinguida.

Ricardo Lindo
No. 61, Octubre-Noviembre 1973
Tomo X – Año X
Pág. 188

La ciudad y un fósforo

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En un punto del desierto hay una ciudad de espejos. Los espejos son tan pequeños y están distribuidos de tal modo, que basta encender un fósforo para que la ciudad resulte profusamente iluminada. La noche más oscura desaparece bajo el poder de un fósforo.

Hay caravanas enteras enceguecidas al encontrar la ciudad a plano sol. Caminaron al azar, tanto más tenebrosas por dentro cuanto mayor era la claridad a su alrededor, hasta ser devoradas por las mudas extensiones de arena.
Esta ciudad es un cuento.

Ricardo Lindo
No. 61, Octubre-Noviembre 1973
Tomo X – Año X
Pág. 179

Preocupaciones de una sibila

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Si vaticino que el imperio desaparecerá, corro el riesgo de perecer con él. Si vaticino que el imperio será eterno, corro el riesgo de no morir jamás. Por eso cada vez que los peregrinos me preguntan por la suerte del Imperio, permanezco silenciosa, observando atentamente la lejanía. Los peregrinos no insisten. Prefiero dejar ese problema en manos de los Dioses.

Ricardo Lindo
No. 61, Octubre-Noviembre 1973
Tomo X – Año X
Pág. 170

Ricardo Lindo
No. 99, Julio-Agosto 1986
Tomo XV – Año XXII
Pág. 479

Carta de navegación

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Aquí está el mar. Échensele tres cucharadas de pimienta, un poco de sal y revuélvase bien. Cuélese antes de servirse, pues a veces hay dentro algún galápago, o bien una botella de náufrago con un desesperado mensaje en su interior, de modo que el cliente puede atragantarse. En tal caso se dan dos posibilidades:

a) que el cliente os acuse a la policía, pérfido organismo vestido de verde que se ocupa de torturar a los criminales.

b) que el cliente muera, en cuyo caso debéis meterlo en una caja de madera de sicomoro y cantar con lágrimas en los ojos: “Adiós cliente querido”.

Ricardo Lindo
No. 61, Octubre-Noviembre 1973
Tomo X – Año X
Pág. 153

Rey y reina rituales


En esta habitación vive el Rey. La Reina vive en una habitación vecina, oscura, llena de olores de resinas. El Rey sale únicamente de día, la Reina sale de noche, a la siniestra luz de la luna, y no se ven nunca. La Reina lleva un velo sobre el rostro de plata. El Rey, en la habitación vecina, la ama febrilmente.

Pero los separa un tabique, y no se ven nunca.

Ricardo Lindo
No. 73, Julio-Septiembre 1976
Tomo XI – Año XII
Pág. 742

Ricardo Lindo Fuentes

 

Ricardo Lindo Fuentes

Nació el día 5 de febrero de 1947, en San Salvador, (El Salvador), en el seno de una familia media, con especial preocupación por los temas culturales.

Al ser su padre diplomático de carrera, desde muy pequeño le tocó conocer mundo. Alrededor del año 1952 la familia se traslada a Santiago de Chile, y desde pequeño destaca por su desbordante imaginación, y la forma de expresarse. Así, por ejemplo, habla de «la abuelita de largas trenzas y canas negras», al referirse a la abuela paterna, quien tenía una hermosa cabellera blanca.

 Sobre el año 59, la familia se traslada a Bogotá, Colombia. Esto implica fuertes cambios en su vida, empezando por un nuevo país, colegio, amigos… Además, según recuerdan los implicados, la hermosa y gran casa donde vivió la familia, era muy barata porque ¡estaba embrujada! hay muchas anécdotas alrededor de esa mansión.

 Un año y medio después, regresan a El Salvador, viviendo primero en Santa Tecla, y luego en San Salvador, donde termina sus estudios de bachillerato.

Viaja a Madrid, donde realiza estudios de Filosofía y Publicidad, y puede disfrutar del Museo del Prado y todas las importantes pinacotecas de la Villa.   Termina su formación superior en París, con estudios de Psicología enla Sorbona, aprovechando también la oportunidad de conocer sus museos, y de participar en la animada vida cultural del barrio latino. 

Nuevamente en El Salvador, empieza la parte más fecunda de su labor, siempre vinculado a los ámbitos creativos literarios y pictóricos. Actualmente es director de la revista ARS, de la Dirección Nacional de Artes del Ministerio de Educación. Es un excelente traductor.

Obra publicada:

Poesía: Rara avis in terra, 1972; Jardines, 1981,1983; 1985: Las monedas bajo la lluvia, 1985; El señor de la casa del tiempo, 1988. Narrativa: Equis, equis equis (XXX), 1966; Cuentos del mar, 1987; Lo que dice el río Lempa, 1990; Tierra, 1999; Cuscatlán de las aguas azules, 2001; Oro, pan y ceniza, 2001. Ensayo: La pintura en El Salvador, 1986; Morería de papel, 1989, El esplendor de la Aldeade Arcilla, 1991, Las estrellas y las piedras, 1992.[1]