Quería huir de su familia, de su casa. Esta tenía tres puertas.
Ya decidida, abrió la primera y vio la cara de su padre; abrió la segunda y vio la cara de su madre.
Abrió la tercera y se vio ella misma.
Abraham Dantus B.
No. 55, Noviembre 1972
Tomo IX – Año IX
Pág. 299