Campo de concentración

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Muchos de los capotes rusos distribuidos a los menesterosos tienen una pequeña costura sobre el pecho o sobre la espalda. Una pequeña costura redonda que cierra el agujero por donde entró una bala y salió un alma.

Mi capote tiene su pequeña costura precisamente encima del corazón. Y está bien cosida, y el paño es espeso, pero —a través del agujerito que cubre— entra un sutil soplo de aire helado inclusive cuando no hace viento y el sol es tibio.

Y el corazón duele, atravesado por aquel prendedor de hielo.

Giovanni Guareschi. Diario clandestino
No. 142, Enero-Marzo- 1999
Tomo XXX – Año XXXV
Pág. 25

Giovannino Guareschi

Giovannino Guareschi

Giovannino Guareschi

(Parma, 1908 – Cervia, 1968)

Narrador y humorista italiano creador de un personaje tan difundido, Don Camilo, que lo hizo desaparecer como escritor. Vinculado a la tradición satírica de la literatura popular, publicó relatos como El destino se llama Clotilde (1942) o El marido en el colegio (1943) que repiten las soluciones y las chanzas del género cómico. Más original resultó el binomio del cura Camilo y su eterno oponente, don Peppone, un alcalde comunista, que aparecieron en Mundo pequeño, y que luego integraron Don Camilo (1948) y sus continuaciones, Don Camilo y su parroquia y El camarada don Camilo. Estas novelas contenían narraciones independientes nada desdeñables, pero el fácil juego entre el cura de pueblo, y las peripecias anticomunistas del personaje, hicieron olvidar los méritos menos evidentes de la escritura de Guareschi. Traducido a numerosas lenguas y llevado al cine, la fama del protagonista acompañó los años en que triunfaba en Italia la democracia-cristiana y desaparecía la izquierda del poder[1].

Burocrática

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Una mujer de sesenta y cinco años va al doctor F. de T. a que le recete medicinas. Le presenta el carnet del Seguro y aquel responde: “No hay nada que hacer; acabo de recibir del Seguro la comunicación de que usted murió el 25 de noviembre del año pasado. Ya no tiene usted ningún derecho». La pobre mujer corre a la oficina del Seguro para explicar que no se ha muerto el año anterior. “Es verdad —responde el empleado—, se trata de un error; quien murió el 25 de noviembre del año pasado fue el doctor F. de T.”

G. Guareschi
No. 135, Abril-Junio 1997
Tomo XXIX – Año XXXIII
Pág. 61