La búsqueda

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Rabí Janoj de Alexander relató la siguiente historia:

—Había una vez un hombre necio, que de tan necio respondía al nombre de Golem. Cuando se levantaba por la mañana le resultaba muy difícil reunir sus ropas, al punto que temía desvestirse por las noches para dormir. Cierta vez se le ocurrió una idea: mientras se desvestía, tomó papel y lápiz y fue anotando donde dejaba cada una de sus prendas. A la mañana siguiente, tomó la hoja y leyó: “El gorro —aquí está” — y se lo puso en la cabeza. “Los pantalones, —aquí están”, —y se los enfundó. Y así siguió hasta que estuvo vestido. Finalmente exclamó: “Y yo, ¿dónde estoy?” y comenzó a buscarse a sí mismo, sin encontrarse.

—Todos nosotros nos parecemos a ese hombre —concluyó el Rabí.

Del Tesoro Jasídico
No. 61, Octubre-Noviembre 1973
Tomo X – Año X
Pág. 180

Como su padre

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Cuando Rabí Noaf sucedió a su padre, Rabí Mordejai, en la jefatura espiritual, sus discípulos observaron que en muchos casos no obraba como su antecesor, y le interrogaron al respecto.

—Obro —respondió— exactamente como solía hacerlo mi padre. El no imitaba a nadie. Yo tampoco.

Del Tesoro Jasídico
No. 61, Octubre-Noviembre 1973
Tomo X – Año X
Pág. 150

Trabajo forzado

Llegó a oídos de Rabí Levi Itzjak de Berdichev que las muchachas que amasaban el pan ácimo para Pesaj, trabajan desde el amanecer hasta hora avanzada de la noche, sin descanso. En la primera oportunidad, levantó su clamor:

—Los enemigos de Israel nos acusan de amasar el pan ácimo con sangre de cristiano. ¡No, es con sangre judía que lo amasamos!

Del Tesoro Jasídico
No. 64, Abril – Mayo 1974
Tomo X – Año XI
Pág. 499

Tentación

Al llegar el Rabí Pinjas al Beith Hamidash, observó que sus discípulos, que habían estado conversando animadamente, se interrumpieron confusos.

—¿De que hablabais?  —les preguntó.

—Hablábamos de los que nos preocupa —respondieron—, que la tentación nos persigue.

—No os preocupéis —respondió el Rabí—, que aún no alcanzasteis tal grado de perfección, que la tentación os persiga. Por ahora, sois vosotros quienes la perseguís a ella.

Del Tesoro Jasídico
No. 64, Abril – Mayo 1974
Tomo X – Año XI
Pág. 498

Lo esencial

Después de la muerte de Rabí Moshé, el de Korbin, encontrose uno de sus discípulos con Rabí Mendel, el de Kotzk.

—¿Qué era lo esencial para tu maestro? —preguntó el Zadik.

El discípulo recapacitó un momento y respondió:

—Lo que le ocupaba en ese momento, eso era lo esencial.

Del Tesoro Jasídico
No. 64, Abril – Mayo 1974
Tomo X – Año XI
Pág. 497