Los arnadios no son más importantes que los nijidios. Muy menuditos.
Pongo juntos a los bevinos, los suvgatos y los arnavases. Parece ser que se diferencian entre sí. Es posible. Prestando mucha atención. Son escépticos, evitan cuidadosamente la grandeza (y la de los demás no les impresiona salvo para hacerles reír, con esa risita seca de la cerilla al encenderse).
Sus mujeres son pequeñas, burlonas, como para no provocarlas, en una palabra: unas pizpiretas.
Darles una buena paliza, a todos y a todas, sería muy placentero. Es un pueblo donde el entusiasmo es imposible.
Henri Michaux
No. 90, 1984
Tomo XV – Año XIX
Pág. 270
Henri Muchaux
No. 103 – 104, Julio – Diciembre 1987
Tomo XVI – Año XXIII
Pág. 425