Carlos Lanier
Carlos Óscar de las Mercedes Lanier y Hevia
Nació en La Habana, Cuba, un 24 de septiembre de 1931 y falleció un 18 de febrero de 2002 en la Heroica Puebla de Zaragoza, estado de Puebla, México. Creció en el seno de una familia numerosa y con fuertes raíces católicas. Fue un estudiante brillante, dedicado, servicial, divertido; amante del campo y los deportes. Desde muy joven se vislumbró en él su vasto talento artístico, creatividad y facilidad para las letras y, sin faltar la música, ya que ejecutaba con facilidad casi cualquier instrumento. Su vocación religiosa le llevó a ingresar a la congregación de los Hermanos Maristas, circunstancia que le permitió desarrollar la mejor de sus cualidades: la docencia, pues su ingenio pedagógico y laboriosidad incansable le convirtieron en un singular y connotado maestro. Inició su peregrinar docente a los 20 años como auxiliar pedagógico en la escuela Tabasco, México D. F. (1951 – 1952). Viajó a El Salvador y fue profesor de primaria en el Liceo Salvadoreño (1952 – 1957). Regresó a Guatemala donde trabajó y estudió; luego a Cuba nuevamente y por ajenas razones políticas fue obligado a abandonar precipitadamente la Habana en 1959, lugar de donde se trasladó nuevamente a El Salvador, ciudad de Santa Tecla al Colegio María Inmaculada (hoy Colegio Champagnat, (1959 -1961), tiempo que también utilizó para incorporarse y estudiar Letras en la Universidadde El Salvador. Viajó después a México, donde estudió y trabajó incansablemente en varias lugares como: Guadalajara, Aguascalientes, Monterrey, el D. F., hasta llegar a la ciudad de Puebla, lugar en que vivió los últimos 20 años de vida y tierra que recibió con cariño sus humanos restos[1].