Dijeron los dioses:
—El hombre es un ser descuidado y mal agradecido. Entierra a sus semejantes —aún a los enemigos— y les guarda veneración y respeto. En cambio, deja abandonados los restos de los animales que le sirven y de los que ya no puede obtener provecho. Le daremos un ayudante. Ha de ser un animal limpio, manso, hermoso, diligente, avizor, que mantendrá sano el aire y libre el suelo de carroñas y despojos.
Así nacieron los zopilotes.
José Vizcaíno Pérez G. O.
No. 37, Julio-Agosto 1969
Tomo VI – Año IV
Pág. 569