Seguramente sientes que debajo de esta línea unos ojos observan hasta tus parpadeos, o que alguien te acecha detrás de esta palabra. No dejes de leer, nada podrá salvarte. Estás atrapado en una novela policiaca donde tú eres la víctima y yo soy el asesino.
Francisco Guzmán
No. 98, Mayo – Junio 1986
Tomo XV – Año XXII
Pág. 391