Tuvieron que degollar al gallo de la pasión, porque el muy indigno la dio por pisar a la gallina de los huevos de oro.
Gustavo Meza
No. 69, Abril – Junio 1975
Tomo XI – Año XI
Pág. 337
Tuvieron que degollar al gallo de la pasión, porque el muy indigno la dio por pisar a la gallina de los huevos de oro.
Gustavo Meza
No. 69, Abril – Junio 1975
Tomo XI – Año XI
Pág. 337
—¡Por uno cincuenta pasen a ver a la bella dama que bajó del firmamento en pos del hombre amado; un cosmonauta que no le ha sido posible reconocer sin el traje especial!
Gustavo Meza
No. 54, Julio-Septiembre 1972
Tomo IX – Año IX
Pág. 150
Tomó el ascensor y después de 25 minutos llamó la atención del operador.
¡Es que vamos al piso 2304 vía pájaro madrugador señor!
Gustavo Meza
No. 54, Julio-Septiembre 1972
Tomo IX – Año IX
Pág. 150
Ha sido una noticia muy comentada.
La radio.
La prensa.
La TV.
Se habló en todos lados.
Sólo la dependencia del ramo se concretó a tomar conocimiento del asunto y guardar silencio.
Y es que el enviado especial que anduvo recorriendo los pueblos que toca, habló con la gente de esos lugares y todos coincidieron en que esa carretera la hizo el diablo en tres noches.
A iniciativa de la prensa se formó una comisión integrada por dos ingenieros especializados en vías terrestres y un notario público.
Los ingenieros se negaron a aceptar la versión de “la mano del diablo” en esto.
En su informe se habló desde la localización hasta el riego de sello, y todo, lo mismo los acotamientos, que la sobre elevación, que las terracerías fueron hechas por alguien que domina plenamente la materia, y no es posible aceptar que los treinta y un km. de que consta, pudieron haber sido construidos en tres noches.
El notario, por aquello de las dudas cumplió con el acta testimonial y se fue a misa.
Con este motivo han surgido encendidas polémicas de las derechas y las izquierdas.
Los unos aceptando la versión en reservas, los otros riendo a carcajadas.
Pero verdad o mentira, lo cierto es que ahí está, palpable, serpenteando por las montañas como única y sólida respuesta, la carretera.
Un solo detalle que parece haber pasado inadvertido figura en el testimonio del notario, y es que la susodicha carretera parte de unos plantíos de banana, y termina en un muellecito sin nombre desde el que se ven varios barcos de matrícula extranjera.
Gustavo Meza
No. 52, Abril 1972
Tomo VIII – Año VIII
Pág. 753
…este era un ladrón que al robarle a un pobre su cartera le robó todas sus miserias.
Gustavo Meza
No 45, Septiembre-Octubre 1970
Tomo VII – Año VII
Pág. 729
Conservo con afecto profundo en un pequeño cofre los bombones que me enviaste el año nuevo aquel. No los he probado y gracias a ello subsisto. No te reprocho la dosis de cianuro que contienen en la cereza del relleno, porque se que tu intención estaba llena del más sincero amor.
Yo correspondí con la bala calibre 25 que desafortunadamente te causó un intenso dolor cerca de la clavícula izquierda y que te tuvieron que extraer en cruel operación. Pero mi intención te lo juro, nunca fue esa. Se que la conservas y te lo agradezco de todo corazón.
Tengo unos pétalos en mi sagrada biblia, de las flores aquellas que te envié y que por desgracia llegaron tarde causando la muerte del joven que debió entregártelas a una hora y que por una negligencia estúpida retrasó absorbiendo todo el gas letal que contenían.
Si no hay nuevos contratiempos, espero que recibas esta misiva llena de amor y que al tocarla no sufras y reposes en espera del sueño eterno pensando con cuanto amor y sacrificio obtuve en la India estos extraños y efectivos polvos de que está impregnada.
Gustavo Meza
No 45, Septiembre-Octubre 1970
Tomo VII – Año VII
Pág. 720
Gustavo Meza ingresó el año 1954 a la Universidad de Chile para estudiar psicología. Ya entonces sentía un gran apego por estudiar los comportamientos humanos, sin embargo a poco andar sintió que su verdadera vocación tenía más que ver con retratarlos. Y así comienza su carrera artística en la escuela de teatro de la misma Universidad.
El año 1973 crea su propia compañía, la que bautizó como «Teatro Imagen», que hoy tiene más de 30 años de existencia. Su carrera cuenta 25 obras de su autoría y más de 130 bajo su dirección y actualmente se encuentra en plena producción de la puesta en escena de dos proyectos: «El tío Vanya» y de la «Cantata Santa María de Iquique».[1]
Una cigarra, enterada de los adelantos a que ha llegado la ciencia se sometió a una delicada y costosa intervención quirúrgica en Dinamarca para cambiar de sexo. La operación tuvo éxito, sólo que por un lamentable descuido el anestesista se la fumó.
Gustavo Meza
No 41, Marzo 1970
Tomo VII – Año V
Pág. 255
Señor Licenciado Agente de este Ministerio Público, vengo ante usted a confesar un asesinato para que se me castigue y condene como es de ley. El año de 1900 que muy presente tengo yo, en un barrio de Saltillo a Rosita Alvirez maté…
Gustavo Meza
No 41, Marzo 1970
Tomo VII – Año V
Pág. 255
Murió de parto prometido.
Gustavo Meza
No 41, Marzo 1970
Tomo VII – Año V
Pág. 255
El cheriff sacó su 44, dio media vuelta y disparó; todo fue tan rápido y tan certero que el pobre lector cayó herido de muerte.
Gustavo Meza
No 41, Marzo 1970
Tomo VII – Año V
Pág. 255
Puse un telegrama a Julio Cortazar en el que le decía: “Úrgeme me venda un de sus cronopios. Le ruego de decidirse fijar precio”.
Sin embargo recibí una desalentadora respuesta: “Imposible hacer operación que propone ya que estos sonme todo punto vista indispensables”.
Ante tal situación no me quedó más que lamentar en no poder cruzarlo con una de mis crimanias.
Gustavo Meza
No 41, Marzo 1970
Tomo VII – Año V
Pág. 255
Una canica rueda; dos niños corren tras ella. Es mía dice uno. No, es mía responde el otro. La canica se pierde por una coladera. Es tuya, dice el primero. No, tuya, dice el segundo.
Gustavo Meza
No. 40, Enero-Febrero 1970
Tomo VII – Año V
Pág. 207
Un pescador sacó de una laguna un pez raro y misterioso no clasificado aún por la ictiología, de inmensa belleza y que afortunadamente logró conservar vivo.
Primero causó sensación en el pueblo. La noticia pronto corrió, y de diversos lugares llegaron especialistas interesados en adquirir, o al menos estudiar el raro ejemplar. Finalmente lo adquirió una firma americana para un conocido acuario.
El pez, sin nombre aún, fue sometido a estudios de científicos de diversas disciplinas.
Un zoológico lo definió como Artísticus Aquas.
Un ictiólogo dijo que era un simple C. Ornatissimus muy desarrollado.
Un neuropsiquiatra aseguró que no era sino una idea fantástica extraída de la laguna mental de un genio.
Gustavo Meza
No. 40, Enero-Febrero 1970
Tomo VII – Año V
Pág. 156