Le fue planteado a un sabio el siguiente problema:
—Un hombre está en un aposento, a solas con una joven a quien ama. La puerta está bien cerrada, los sirvientes duermen y el galán se estremece de deseo. Como dice el árabe: “Maduro está el dátil y el guardián del oasis no impide cogerlo”… ¿Tal vez rezando con fervor podrá este hombre vencer la tentación? ¿Qué respondes?
—Quizás es salve la joven; mas no se salvará de los murmuradores.
Saadi en: EL JARDÍN DE LAS ROSAS
No. 8, Diciembre 1964
Tomo I – Año I
Pág. 40