Como el director de escena no había previsto poner sobre la mesa ningún puñal para que el actor se apuñalase. Éste tomó un revólver y se revolverizó.
Silvestre Lanza
Número 129 – 130, Abril-Septiembre 1995
Tomo XXV – Año XXXI
Pág. 91
La señora se presentó ante el médico con un niño de muy mal aspecto físico y espiritual.
—Muy bien señora —dice el médico, después de un rápido examen visual del chico-. Haga usted el favor de desnudarse y acostarse en este sofá.
—¡Pero qué dice! —grita la señora-. ¡Se trata del niño!
—Al niño, señora, no es posible arreglarlo. Hagamos otro.
Silvestre Lanza
Número 129 – 130, Abril-Septiembre 1995
Tomo XXV – Año XXXI
Pág. 45