De manera que vi los cuatro ríos del Infierno: un río de sapos y un río, de serpientes, un río de fuego y un río de nieve… Después de eso, sentí que se me llevaba a contemplar el Cielo, y vi al Señor sentado en Su trono y una bandada de ángeles tocaba música para Él. Luego vi un luciente pájaro y su canto era más dulce que toda melodía. Ahora bien, éste era Miguel bajo la forma de un pájaro en presencia de su Creador.
Nathaniel Hawthorne
No. 16, 1965
Tomo III – Año II
Pág. 244