Trapo eres

Era la decisión de honor de su vida. Levantó el puñal y de un solo golpe lo hundió en su estómago. Rasgada la tela comenzó a salirse el aserrín.

Miguel R. Corzo N.
No. 66, Agosto-Septiembre 1974
Tomo X – Año X
Pág. 734

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