Una cigarra, enterada de los adelantos a que ha llegado la ciencia se sometió a una delicada y costosa intervención quirúrgica en Dinamarca para cambiar de sexo. La operación tuvo éxito, sólo que por un lamentable descuido el anestesista se la fumó.
Gustavo Meza
No 41, Marzo 1970
Tomo VII – Año V
Pág. 255