Mientras se arreglaba el maquillaje para el siguiente acto, Rinalda, soprano con bellos ojos y fea voz, lamentaba con amargura las exigencias de la profesión: “Cada vez lo mismo. La maldita cosa es como una pesadilla, querido: si tienes éxito, debes volver a tenerlo, y si no lo tienes, mejor te vas a tu casa a tejer, cuidar los perros…, cuidar al marido…”
Roberto Bañuelas
No 41, Marzo 1970
Tomo VII – Año V
Pág. 256