En aquel pueblo la cojera se considera elegante y, cuando nacían, a los niños les cortaban el pie izquierdo.
Alguien pensó que era una costumbre bárbara, pero se calló por temor a las burlas y a las represalias.
Pasados muchos años se atrevió a decirlo. Le abofetearon, le escupieron. Terminaron por matarle a pedradas.
La sabiduría de los antiguos introdujo esta práctica sanitaria. Regular el riego sanguíneo. Sin esta mutilación la vida sería insoportable. Todo se explica. Las mujeres están mejor dotadas por la naturaleza. La menstruación…
Y hablan, hablan, hablan…
A. F. Molina
No 70, Julio-Diciembre 1975
Tomo XI – Año XI
Pág. 454